El barril de crudo está cotizando a más de 50 dólares, el doble que hace un año, justo cuando el precio del petróleo marcaba mínimos históricos. La subida ya se refleja en los precios de los combustibles y la energía, empujando hacia arriba una tasa de inflación que lleva años prácticamente plana. Para las compañías del sector, se trata de excelentes noticias, y así se está viendo reflejado en sus cotizaciones bursátiles. Parece que en 2017 el petróleo regresa con fuerza.
Después de dos años de precios extraordinariamente bajos, los analistas del sector esperan que en 2017 se duplique el número de proyectos petrolíferos, con un sustancial aumento de inversiones. Buena parte de este crecimiento corresponde a la explotación de esquistos bituminosos norteamericanos. La producción de petróleo a partir de ellos es comparativamente cara y solo resulta rentable a partir de unos 50 dólares el barril. Este sector, por tanto, vuelve a ser apetecible con los precios actuales.
Al margen de los esquistos norteamericanos, el resto del sector lleva dos años ajustando al máximo sus costes. Las compañías petrolíferas son hoy más eficientes y el coste de producción se ha reducido notablemente, aumentando el capital disponible para nuevas inversiones.
Los proyectos estrella
Según los expertos, 2017 verá un acelerón de importantes proyectos petrolíferos ya en marcha, así como el arranque de otros nuevos. Algunos de los más destacados son los siguientes:
Libra (Brasil): el yacimiento Libra se localiza en aguas profundas a unos 200 km de Río de Janeiro, y se encuentra en fase de exploración. Se cree que puede ser el mayor yacimiento hallado en el continente americano en los últimos 40 años. Se espera que la primera fase de desarrollo de esta explotación acabe este año, y en 2021 podría estar produciendo 1,4 millones de barriles diarios. Lo explota un consorcio liderado por la petrolera nacional Petrobras.
Liza (Guyana): otro espectacular yacimiento situado en aguas territoriales de Guyana, y que podría alcanzar una capacidad de producción similar a la de Libra. La propietaria ExxonMobil anunció recientemente su intención de acelerar sus actividades en 2017. Se trata del primer hallazgo petrolífero en aguas de esta pequeña nación sudamericana, cuya economía podría cambiar radicalmente a raíz del descubrimiento.
Clair Ridge (Reino Unido): este proyecto, cuya finalización se espera en 2017, es la segunda fase del campo petrolífero Clair, situado a unos 75 km del archipiélago escocés de las Islas Shetland. Pese a la 'modesta' capacidad esperada (más de 100.000 barriles diarios) su localización lo convierte en un proyecto estratégico para la petrolera británica BP y sus socios.
Tengiz (Kazajstán): en 2017 Chevron iniciará la expansión del yacimiento kazajo de Tengiz, que ya es el sexto mayor del mundo. Gracias a esta expansión, se calcula que en 2022 la producción diaria del campo habrá aumentado en 260.000 barriles diarios. Este proyecto consolida a Kazajstán como segundo productor de petróleo de la antigua URSS tras Rusia.
El impacto de la subida del petróleo
No hay expectativas de que el precio del petróleo se dispare mucho más en el corto plazo. El poder de la OPEP para subir los precios unilateralmente está cada vez más limitado por los nuevos yacimientos y, sobre todo, por la capacidad de producción norteamericana, que se puede 'encender' y 'apagar' casi a voluntad en función del precio del barril. Así pues, hay que descartar una gran crisis económica asociada al precio del petróleo.
Pero sí hay un impacto inmediato que ya se está observando en los precios. La subida del petróleo es uno de los principales culpables de que la inflación comience a aumentar en la eurozona después de años estancada. Dentro del propio sector petrolífero, la subida de precios incentiva la explotación 'tradicional' frente a la inversión en mejoras tecnológicas para aumentar la eficiencia. En los mercados financieros, las acciones de las grandes compañías petroleras vuelven a repuntar, tras años de pérdidas.