Joaquín Almunia. A la sazón, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios. En su día fue ministro del Partido Socialista, y ascendió a la secretaría general del partido al arrebatarle a Borrel el liderazgo, después de que este fuese elegido por las bases de su partido y posteriormente abandonado por los barones del mismo. Fue candidato a la presidencia en el 2000, y tras el batacazo renunció al puesto, en el que le seguiría Rodriguez Zapatero. En 2004 sustituyó a Solbes en la Comisión Europea.
Hacía tiempo que no teníamos noticias suyas, y hoy que le vemos en medios no es para nada bueno. En unas declaraciones realizadas ayer, Almunia advierte que, si bien los sofisticados instrumentos financieros actuales son menos propicios para provocar una situación de crisis en los mercados, si dicha crisis llegase a producirse sus efectos serían mucho mayores de los que se hayan observado en el pasado debido al elevado grado de apalancamiento de las inversiones y la alta liquidez de las mismas. Algo similar opina el Bank for International Settelment, también conocido como el Banco de Basilea o el banco central de los bancos centrales, ya que es el organismo multilateral que coordina la cooperación financiera y monetaria de los bancos centrales del mundo. En su informe anual, el banco advierte que todas las crisis de la historia cogieron por sorpresa a los expertos, que auguraban ciclos cuasi-infinitos de bonanza económica.
Almunia ha cargado especialmente contra los hedge funds, debido a su supuesta estabilidad y seguridad en contraposición con la alta rentabilidad que ofrecen, algo que, según él, no refleja el riesgo real de la inversión. Según Almunia, nos encontramos ante "una situación que no es sostenible y eso va a tener consecuencias entre aquellos que han acumulado un alto endeudamiento, sean empresas o familias". Nótese que, una vez más, no hablamos de "posibles consecuencias" sino de una realidad tangible. Así que, aun a riesgo de ser convertirme en el profeta apocalíptico oficial de El Blog Salmón, no puedo sino recomendar una vez más, en la medida de lo posible, reducir deuda o no contraerla. Especialmente en lo que se refiere a adquirir vivienda en un mercado en el que algunos opinan que el valor puede caer hasta un 30%.
Vía | Cinco Días