
Que el uso masivo de renovables en la red eléctrica genera problemas de estabilidad es algo bien conocido en el sector. Se necesita "inercia" en la red para mantener la frecuencia fija, y la forma más fácil de hacerlo es tener grandes generadores centralizados con movimiento físico de turbinas.
Australia, al igual que España, tiene una gran cantidad de renovables modernas (fotovoltaica y aerogeneradores), y por tanto para mantener estabilidad de la red hay que mantener encendidas centrales tradicionales como gas, carbón o nucleares o renovables clásicas (hidráulicas).
La Hornsdale Power Reserve de Australia
En 2017 Australia intentó depender menos de las centrales tradicionales (principalmente gas) para mantener la estabilidad de su red y poder absorber la gran cantidad de renovables distribuidas. Y la idea fue construir la Hornsdale Power Reserve.
Esta instalación es básicamente una instalación de baterías con el propósito de almacenar energía y entregarla a la red cuando fuera necesario, pero más pensando en la seguridad del sistema que en el almacenamiento en sí. El proyecto se gestó en 2017 y salió en las noticias de todo el mundo porque después de evaluar 90 propuestas y 5 proyectos, se decantaron por Tesla.
La instalación inicial fueron 129 MWh de almacenamiento y 100 MW de potencia de pico. En su día fue la instalación de baterías más grande del mundo, y en 2020 se amplió a 194 MWh y a 150 MW. Eso sí, fue superada en 2021 por la "Victorian Big Battery" de 450 MWh en California.
La construcción de Tesla en tiempo récord
Una de las curiosidades de este proyecto es que Elon Musk aseguró que la instalación estaría operativa en 100 días desde la firma del contrato, de lo contrario regalaría las baterías. Y no fue la típica fanfarronada de Musk: desde la firma hasta la puesta en operación solo mediaron 63 días.
La vulnerabilidad de la red se puede solucionar: hacen falta inversiones
La historia de Australia demuestra que la vulnerabilidad de la red que generan las renovables modernas por lo distribuido de su generación y la falta de inercia física puede tener solución. El problema es que hacen falta inversiones como las que hizo Australia hace 8 años.
Mientras no se hagan tendremos que seguir contando con las centrales tradicionales, nucleares y de ciclo combinado. Y si hay que desperdiciar capacidad solar en momentos concretos, pues hay que hacerlo (como se ha hecho en muchas ocasiones). La seguridad del suministro es lo principal y por eso pagamos en la factura unos costes fijos muy altos comparados con otros países que en principio son más vulnerables.
Las buenas noticias son que ya hay las primeras baterías conectadas la red y en los próximos años vamos a ver muchos proyectos de estos en la península Ibérica.