La Comisión Europea mostró ayer en un informe su preocupación por la sostenibilidad de la deuda pública española, al estimar que continuará por encima del 100 % del PIB durante los próximos cuatro años, hasta 2020, y en 2026, último año del estudio, apenas habrá disminuido hasta el 92 %.
Lo primero que deberíamos preguntarnos es cómo hemos llegado a esta situación. Si hacen memoria, recordarán que la deuda pública española en 2008, antes del estallido de la crisis, ascendía a 436.984 millones de euros. Hoy por hoy, esta cifra se ha disparado exponencialmente. En noviembre, último mes disponible, ascendía a 1,067 billones de euros, el 99,8 % del PIB.
Pero, ¿por qué este crecimiento tan preocupante durante los últimos años? La respuesta es sencilla, a la vez que compleja: los duros años de crisis económica, el rescate bancario, el incremento del gasto en prestaciones y la caída de la recaudación.
Evidentemente, coincidimos con la Comisión Europea en lo preocupante de esta situación. Ya en otras ocasiones analizamos en estas páginas, por ejemplo, el lastre que suponían los intereses generados por la deuda o si era posible pagarla a largo plazo.
El problema, sin embargo, ya no es pagar intereses o pagar deuda, sino la incapacidad de nuestro gobierno para poner fin a este despropósito y no seguir endeudándose. En mi opinión, crecimiento económico y contención de gasto forman la única ecuación que conseguiría que el ratio de deuda con respecto al PIB se rebaje poco a poco. De lo contrario, estaríamos condenados a una quita, con las nefastas consecuencias que ello supondría.
En El Blog Salmón | La deuda pública vuelve a subir en noviembre
Imagen | Cancillería Ecuador