Llevo bastantes meses por aquí defendiendo que hay reformas legales que piden muchas voces y que no se deben producir por afectar a la seguridad jurídica de los países. El claro ejemplo es la dación en pago retroactiva. Es una barbaridad legal que cambia las reglas del juego sobre la marcha. Pero lo que ha hecho este fin de semana la UE con Chipre es un error sin precedentes: no garantizar, como dice la ley, los depósitos inferiores a 100.000 euros.
En los sistemas legales de la UE está muy claro que es lo que pasa cuando un banco quiebra. Primero, los accionistas y bonistas pierden todo. Por último pierden los depositantes, siempre con un seguro de 100.000 euros por cliente. Y este seguro se paga normalmente con dinero del sistema financiero del país pero en último término está garantizado por el Estado. Seguramente Chipre no tenga dinero para hacer frente a la quiebra de su sistema financiero, pero entonces debería garantizar a futuro dichos depósitos y hacer un default de deuda soberana por no poder hacer frente a sus obligaciones.
Algunos dirán que esto es peor solución que la actual. Pero tenemos que recordar que para eso están negociando un rescate de la UE. El rescate es para evitar un pánico bancario, el rescate es para que los depositantes no pierdan dinero. El rescate no es, en ningún caso, para que los accionistas y bonistas se vayan de rositas. Y es lo que ha hecho la UE.
La seguridad jurídica, rota, a pesar de ser un impuesto
Muchos dirán que exagero, que no se ha roto la seguridad jurídica ya que lo que hace Chipre es fijar un impuesto, y los Estados pueden crear impuestos en cualquier momento sin quebrar ninguna ley. Efectivamente. Y por ejemplo en España se podría crear un impuesto de 100.000 euros a cualquiera que requiera los trámites de un juzgado para realizar un deshaucio. ¿Y qué dirían los bancos? ¡Que se está quebrando la seguridad jurídica del país! ¡Que se está imponiendo por la fuerza la dación de pago retroactiva!
Lo que ocurre en Chipre es una locura. Primero, los depositantes pagan el pato. Segundo, los bonistas no pierden nada (y eso que todo el mundo descontaba un default de la deuda pública). Y tercero, si lo que se pretende es que los rusos que tienen dinero depositado en dicho país paguen el rescate, se van bastante bien parados, pues los que tengan depósitos de más de 100.000 euros sólo pagan un 10%, mientras que la mayoría de los chipriotas con menos de 100.000 euros pagan con el 6,75% de sus ahorros.
Si yo fuera chipriota estaría realmente cabreado. Y lo que me gustaría, como chipriota, es ver es una salida del euro y un default que hiciera que asumieran pérdidas todos los que han prestado dinero al país, sin ninguna duda. También que los no-residentes perdieran todos sus ahorros y el Estado garantizara los de los residentes. Ahora resulta que son los ahorradores, no los locos que pidieron créditos por encima de sus posibilidades (la gran frase de la crisis), los que van a pagar los platos rotos. Increíble. La pena que deben sentir los chipriotas es que un default por las bravas de un país tan pequeño no provocaría problemas en el resto de la UE. La única baza que tienen para armar un poco de escándalo es invadir la parte turca de la isla y provocar un conflicto internacional.
Si a España nos impusieran una medida de este estilo tenemos siempre en nuestra mano la posibilidad de hacer un default que sí provocaría más problemas a nuestros vecinos, aunque cada día que pasa la deuda externa se reduce a costa de un aumento de deuda interna y los que verdaramente sufrirían los efectos son los fondos de renta fija nacionales y planes de pensiones, lo cual también es ahorro. Pero todavía tenemos algo de poder para resistirnos ante un chantaje como el que ha sufrido el Gobierno de Chipre.
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