Este martes, Alemania y Francia han propuesto impulsar un presupuesto para la Eurozona cuyo principal objetivo sería promover la competitividad, la convergencia y la estabilización de los países que integran la moneda única.
La idea de este presupuesto supranacional es que la unión monetaria no basta por sí sola para acercar las economías de los Estados miembros, como esperaban varios de sus fundadores. El nuevo presupuesto de la Eurozona financiaría las inversiones en innovación y capital humano.
La actual hoja de ruta apunta a que los ingresos presupuestarios provendrían tanto de las contribuciones nacionales como de la asignación de los ingresos fiscales y de los recursos europeos. Nuevas medidas como el Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF) y una fiscalidad más eficaz a nivel de la UE de la economía digital son puntos de financiación que se contemplan.
El actual Presupuesto supone un 1% del PIB de la UE
A nivel de la Unión Europea, actualmente ya tenemos un presupuesto que agrupa 158.000 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 1% del PIB de la UE y el 2% del gasto público total. El presupuesto es pequeño en términos proporcionales, los procesos de escrutinio y aprobación del el presupuesto, en términos parlamentarios, políticos y de auditoría, es intensivo y está muy desarrollado.
Para entenderlo, por cada 100 euros ganados, los ciudadanos europeos pagan una media de 50 euros cada uno en impuestos y cotizaciones sociales, de los cuales un euro se destina a la financiación del presupuesto de la UE.
La finalidad de este presupuesto es aplicar las prioridades políticas que todos los estados miembros de la Unión Europea han acordado, traducidas en un marco financiero plurianual que contiene los diferentes programas y los techos de gasto máximos.
Este presupuesto tiene dos prioridades. Por un lado, dar respuesta a escala europea a los nuevos desafíos que se derivan de la compleja situación geopolítica, que van desde la gestión de la migración a la protección de las fronteras exteriores de la UE y la seguridad de sus ciudadanos. Por otro lado, impulsar lo que la inversión estratégica y el crecimiento sostenible, cuyos objetivos se definen en materia de contribuir a la cohesión económica y crear empleo, en particular para los jóvenes.
En términos presupuestarios, los fondos agrícolas y regionales siguen siendo los principales instrumentos de inversión de la UE (el 39% del Presupuesto). Como corresponde al primer pilar de la política agrícola común (PAC), el Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA) financia medidas de mercado así como pagos directos a los agricultores.
Este presupuesto también tiene otras funciones a destacar como apoyo a los agricultores y el desarrollo rural, reforzar las interconexiones y redes estratégicas entre los países de la UE con la aplicación del Mercado Único Digital y la Unión de la Energía. También se reserva una dotación presupuestaria para financiar programas de apoyo a la protección de la justicia y de los derechos fundamentales.
Presupuesto en la Eurozona y el conflicto con la UE
Uno de los puntos que tiende a abordar un presupuesto público es la redistribución, es decir, traspasar los recursos de las personas con mayor capacidad de pago a las personas que puedan necesitar recursos adicionales. El problema existente en plantear un presupuesto para la Eurozona es que la redistribución es una opción política y diferentes países han elegido niveles muy diferentes de redistribución, por lo que el acuerdo es complicado.
Hasta ahora, la UE ha relacionado elementos redistributivos con la creación y la profundización del mercado único. La eliminación de las barreras comerciales puede crear perdedores y ganadores. El mercado único va mucho más allá de la supresión de las barreras comerciales, estableciendo también la libre circulación de personas, capitales y mercancías.
Existen muchas preguntas no resueltas sobre cómo y con qué objetivos concretos se debería desarrollar el Presupuesto para la Eurozona y también, si debería existir un Presupuesto de la Eurozona distinto del presupuesto general de la UE. Y si es así, ¿Qué tipo de interacción habrá entre los dos?
La mayor diferencia es la Unión Europea y la Eurozona es, la moneda única, el euro y las políticas vinculadas al BCE. La Eurozona crea sus propios retos específicos en materia de estabilidad financiera que están intrínsecamente relacionados con el euro.
Por ejemplo, el BCE proporciona liquidez a todos los bancos de la Eurozona, por lo que un seguro de depósitos a nivel de la Eurozona podría tener sentido en un Presupuesto para la Eurozona como herramienta para complementar a la unión bancaria y, en determinadas circunstancias, reduciría la exposición del BCE a posibles movimientos bancarios.
Esta cuestión es tanto más importante en este momento cuanto que la UE está a punto de perder a uno de sus miembros más importantes. Como consecuencia, el presupuesto de la UE se reducirá. Brexit no sólo significará un presupuesto de la UE más pequeño. También significará que la Eurozona representará el 85% del PIB de la UE y el 76% de la población de la UE.
Defensa ¿El próximo paso para el presupuesto?
Los tratados militares para un ejército europeo conjunto se firmaron pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Un pacto de cooperación en materia de defensa estableció los detalles, desde la adquisición de nuevos uniformes hasta la implementación de una estructura de mando clara. Francia, Alemania, Italia, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo suministrarían soldados al ejército europeo.
Tras el fin de la Comunidad Europea de Defensa en 1954, los planes para un ejército europeo quedaron relegados a un segundo plano durante décadas, hasta que los recientes acontecimientos revivieron la idea.
No obstante, la presión por Estados Unidos para que Europa aporte más, la creciente amenaza de Rusia y la inminente retirada del Reino Unido de la UE han dado un nuevo impulso al proyecto militar.
El primer gran paso fue a finales del año pasado, cuando 25 Estados miembros de la UE acordaron la Cooperación Estructurada Permanente - PESCO por sus siglas en inglés- sobre la integración de los ejércitos nacionales en una fuerza de la UE.
Esta cooperación busca proyectos conjuntos de armamento y una cooperación más estrecha entre las propias fuerzas armadas. Siguiendo los deseos de los ministros de Defensa de la UE, PESCO podría sentar las bases para un ejército europeo.
Entre las ventajas del ejército común para la UE podemos encontrar un ahorro de costes y compartir el acceso a las capacidades militares de las que otros Estados pueden carecer. A nivel político, se buscaría un fortalecimiento de los lazos políticos entre los países miembros.
El problema fundamental de esta propuesta es que, sin una unión política plena, no tiene ninguna posibilidad de convertirse en una fuerza creíble. Mientras existan feroces rivalidades nacionales en el centro de la formulación de políticas, un ejército común se vería rápidamente reducido a un estado de impotencia si fuera necesario para hacer frente a cualquier amenaza para un Estado de la UE.
Otro de los problemas de un ejército a nivel europeo sería el esquema de prioridades en un conflicto bélico severo. Si varios países de la UE fueran atacados al mismo tiempo ¿Existiría alguna prioridad de defensa ante un recurso limitado como es un ejercicio? Dado que Alemania es el mayor país de la UE ¿Sería prioritaria su defensa?