Sigo manteniendo que en este país, el personal se queja mucho detrás del anonimato, en la barra del bar y que muy, muy pocos son capaces de hacer valer sus derechos donde deben, que es ante los tribunales o ante la autoridad administrativa cuando hablamos de "derechos laborales".
Esta reflexión la traigo al hilo de los comentarios que están dejando bastantes lectores en esta entrevista de JotDown a la responsable de la Librería La Central y se pueden leer acusaciones bastante serias de mobbing, acoso psicológico, incumplimientos reiterados de convenios colectivos, horas sin pagar, diferencias salariales difíciles de explicar... Nada nuevo bajo el sol de este país de borregos asustados, más que de personas que sean capaces de quejarse si los pisan. Aquí la novedad es que tenemos una empresa "progre" según esos propios trabajadores y extrabajadores que critican la situación y por lo que se lee en Twitter, para muchos, en España sólo "explotan" a sus trabajadores los empresarios fachas que votan al PP. Pues no, niños y niñas, aquí lo mismo te hace un siete un "empresario fascista" que el gerente de la cooperativa social o el director de la ONG de Villapepinos de Arriba. ¿Acaso pensáis que los contratos en práctica, becarios, no pagar las horas extras y similares es monopolio exclusivo de la empresa derechona? Pregunten por ahí, a los progres del salón, que igual se sorprenden.
Dado que la tendencia política del empresario no tiene porqué marcar su ética empresarial, lo que determina el comportamiento positivo o negativo de un empresario con sus trabajadores viene marcado a la vez por la tolerancia que tenga la masa laboral que controla a la ruptura en ellos de las normas laborales impuestas. Una empresa que tiene más de 100 trabajadores como la descrita, no es el taller de la esquina con dos chavales ni tampoco está situada en un pueblo perdido del monte. Aquí, irte a poner una denuncia a la Inspección de Trabajo es realmente sencillo y si el asunto es grave como apuntan en los comentarios, el anonimato lo tienes asegurado. Muchos dirán a la vez que si denuncian pierden su puesto de trabajo, que tal y cual...
Si realmente pueden aguantar las condiciones de trabajo, o mienten en las acusaciones, o aún los podrían putear algo más, por lo que lo primero que tiene que hacer cualquier persona al firmar un contrato de trabajo, es perder la cobardía y el miedo y hacer valer tus derechos lo mismo que cumples con tus obligaciones. Si no sirves ni para reclamar por tu dignidad, realmente de poco vale lo que aportas y probablemente tampoco seas responsable con tus obligaciones, trabajes para un empresa progre o no.
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