Esta semana hemos conocido la primera entrega del programa económico de Ciudadanos, auspiciado por Garicano y Conthe. No me encuentro entre aquellos a los que, esperando un programa liberal, Garicano ha dado un buen chasco (esperar eso era de ilusos, especialmente vinculado al proyecto de Ciudadanos). Pero si me he sorprendido al comprobar que la Arcadia perdida de Ciudadanos es la Transición.
Uno es rarito. Por ejemplo, lee los periódicos de atrás hacia delante. ¿Quereis más? Tengo la costumbre de leerme las Exposiciones de motivos de las distintas normativas a antes de entrar a cuchillo con los artículos, algo que me consta que mucha gente obvia. Aplicando esto mismo al cuasi-programa presentado uno detecta algo sorprendente justo en el comienzo del mismo, bajo el título de Nuestra visión. Atención a los siguientes extractos:
Entre los años 1978 y el 2000, España experimentó un período de creciente convergencia económica y política con Europa. Desde la Constitución democrática hasta la entrada en el euro, pasando por la entrada en la OTAN o en la Unión Europea, España fue cumpliendo hitos hacia un futuro común con Europa. Y a medida que el país se hacía más libre y democrático, la economía crecía.
Resumiendo, se vincula crecimiento económico y Transición sí o sí. Hasta que aparece el malo de la película.
Desgraciadamente, y aunque los españoles no fuimos conscientes de ello, tras la entrada en el euro, el proceso de convergencia se detuvo y España entró en un camino muy diferente del que había seguido con anterioridad. El euro permitió unos años de dinero fácil, de gasto suntuario en ciudades de las artes y la cultura, de pelotazos, de corrupción, de capitalismo de maletín y de “amiguetes.
Estas lineas del programa coinciden palabra por palabra con las de un artículo publicado (y creo que no es casualidad hacerlo en el moribundo diario que se convirtió en el Pravda de la Transición) en el País unos día antes, El cambio sensato, firmado al alimón por Galicano y Rivera (no entiendo como después del mismo Garicano esperaba sorprender a los que esperaban algo tímidamente liberal). Detallo a continuación unas lineas del mismo que matizan las otras frases que clavan en la mencionada exposición de motivos del programa.
En esos años creamos una democracia imperfecta, pero que mejoraba cada año, un sistema sanitario excelente, y un Estado de bienestar que redujo enormemente la pobreza.
¿Resúmen? Eramos buenos pero imperfectos, la Transición funcionaba, pero el dinero fácil proveniente de la Unión Monetaria y de la incorporación del euro nos arraso. Volvamos todos juntos a a es espíritu de la Transición y todo irá chipiredendi.
Pues no. Desconozco si de verdad Garicano se cree esto que cuenta, peroo me llama la atención que se limite a hablar de democracia imperfecta para referirse a las semillas de la destrucción, a ese canto al consenso que destila el documento y que ya sabemos por donde nos ha llevado. ¿Consenso para qué? Esa es la clave y ya hemos visto algunas respuestas.
Javier Benegas en Vozpópuli señala acertadamente cómo los políticos se apoderaron en su día del Poder Judicial nada más comenzar la Transición. Es quizás el ejemplo más sangrante de esa "democracia imperfecta" de Ciudadanos, pero hay muchos más que van del campo económico al educativo, pasando por el sindical, el cultural, el periodístico, etc. En esa Transición que algunos añoran, y bajo la excusa del crecimiento (que recordemos también era convenientemente regado con fondos europeos) se sentaron todas las bases para la gran traca final.
No era difícil imaginar que lo del euro no iba a ser sencillo: una moneda única para países tan heterogéneos y que entran con fórceps, una arquitectura institucional disfuncional y escasamente legitimada, sin un verdadero soporte fiscal único detrás, un parto alumbrado por las manipulaciones estadísticas de unos y las necesidades unificadoras de otros, etc.
Que el euro y lo que ha traído con ello ha originado turbulencias está claro. Pero negar que también nos ha librado por el momento de otras mucho peores, aunque sea coyunturalmente,es algo que sorprende que no se reconozca expresamente en el programa electoral de Ciudadanos (¿no vende?).
¿Cambio sensato? Estoy hasta el moño del uso de la palabra cambio por los tahures políticos, azules, rojos, morados y ahora naranjas. Hasta el moño. Y si a eso le unimos lo de "sensato", pretendiendo vender a la gente que los cambios no suponen riesgos, esfuerzo y dolor, e identificando dicha sensatez con la Transición mi desilusión se acrecienta.
Entiendo que para combatir en la arena electoral las no-propuestas o el no-programa de Podemos intenten recurrir a tácticas similares a las del adversario, pasando del binomio casta-pueblo de unos, a defensores de la Transición vs Todos los demás, y prometiendo como todos los colectivistas un regreso una Arcadia perdida, a una inocencia, a un sueño que realmente nunca existió. Lo entiendo, pero no creo que esta mixtura de ilusión por el cambio, miedo a los "insensatos" y entonación de un pasado que no existió como nos lo venden transmita que su electorado sea muy distinto del de Podemos en lo esencial.
Más información| Programa económico de Ciudadanos (primera entrega)