Que la seguridad social cada vez tiene más problemas para cuadrar sus cuentas no es ninguna novedad. Aunque en el último mes estas han mejorado, aún es muy leve la mejora, y es más, si comparamos sus situación con la que presentaba hace justo un año, esta ha empeorado.
Si analizamos la situación con un criterio de ‘caja’, al término del pasado mes de agosto los ingresos ascendieron a 78.705 millones de euros, mientras que los gastos fueron 75.021 millones, existiendo un ‘gap’ favorable de 3.686 millones de euros.
Estos datos pueden llevar a equívoco si los analizamos solamente desde esta perspectiva. Si analizamos porqué los ingresos han caído menos que en otros meses, tenemos que recordar que el mes agosto es un mes en el que la estacionalidad laboral experimenta un repunte, con contrataciones eventuales que aumentan el ‘saldo de caja’ de la seguridad social.
Por lo que si analizásemos por ejemplo el mes de septiembre u octubre, el resultado sería posiblemente muy distinto. Además hay que tener en cuenta que los intereses que genera el fondo de reserva de pensiones se computan como ingresos, aunque luego se asignen al mismo fondo de reserva.
En consecuencia, el ‘gap’ que señalaba unas líneas más atrás adelgazaría hasta los 1.324 millones de euros. Y por tanto, los resultados de este organismo público no son tan buenos como señalan sus propios responsables. La seguridad social en nuestro país adolece de muchos problemas, carencias que no solo se subsanarían con una reforma laboral por si sola.
Habría que reformar el sistema de economía del bienestar, y sobretodo su piedra angular, el sistema de pensiones. Que debe ajustarse a la realidad de una pirámide poblacional invertida y un alto desempleo, un escenario que tiene todas las papeletas para quedarse ‘en casa’ por mucho tiempo.
Vía | Cinco días
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Imagen | treballcat