El cambio estadístico que ha impuesto Europa en los nuevos cómputos del PIB introduciendo drogas, prostitución y juego ilegal, deja claro que el PIB, aparte de masculino como ya lo tildó Leire Pajín, es bastante hipócrita también.
Hipócrita porque Europa tiene la suficiente cara dura para introducir en el cálculo del producto interior bruto actividades ilegales y alegales, como son el tráfico de drogas, juego y prostitución, no tenemos la más mínima base fundada real del importe de negocio que se mueve (solo estimaciones realizadas por diferentes métodos) y mantiene la tesis de que ok, generan economía, pero no se abre el debate necesario para la legalización de todas estas actividades que operan en el mercado negro y a espaldas de la ley.
El juego ilegal, una cuestión de impuestos
El juego es ilegal desde el momento que no paga impuestos. Así de sencillo. Un casino es legal porque paga las tasas de juego y cumple con la normativa, lo suficientemente estricta para que las grandes empresas del juego, operen en monopolio. Ahora, si tú montas un club de póker y se juega con dinero real, no puedes, por el mero hecho de que conseguir esa licencia es casi imposible.
El Estado quiere que no nos juguemos nuestro dinero si él no recibe su parte. Tan solo quiere que juguemos cuando él tiene su parte, como ocurre con los sorteos de Loterías y Apuestas, en los casinos y bingos actuales o en las tragaperras que poblan la geografía. Quiere que si jugamos, le demos un trocito del pastel y le da igual si hay problemas de adicción al juego o no, sólo quiere impuestos y que paguemos por los beneficios que obtengamos. En lugar de suavizar el régimen de licencias de juego o la libertad de operaciones en el sector, prefiere el monopolio. Pero eso sí, a efectos de PIB, todo suma.
Prostitución y drogas, el caballo de batalla
La legalización de la marihuana en algunos estados de EEUU está generando sinergias positivas en todos los sentidos. Aquí, ni nos planteamos abrir ese debate y ya mejor no hablamos de otras drogas como cocaína. En España, para nuestros políticos, parece que no hay drogas, luego las estadísticas nos sitúan como uno de los países con mayor consumo en muchos segmentos de drogas.
Misma historia: no abrimos el debate siquiera de la legalización porque no interesa y es políticamente incorrecto. El Estado no puede permitir que la gente se drogue con drogas que no paguen impuestos. El tabaco o alcohol, no hay problema que ya pasa por la caja estatal y eso no son drogas para nuestros gobernantes.
La prostitución, el campo alegal por excelencia con la huella franquista
Hay que remontarse al inicio de la dictadura franquista para detectar la hipocresía del Estado en materia de prostitución. A la par que Franco ponía en marcha las prisiones especiales para mujeres caídas en 1941, su mujer, Carmen Polo presidía en 1942 el Patronato de Protección a la Mujer, con los objetivos tan loables como eran impedir la explotación de la mujer, apartarlas del vicio, la vigilancia y control de las prostitutas y los locales de prostitución y a reeducar a estas mujeres en la fe católica. A efectos prácticos, era un sistema de control sanitario para que las enfermedades venéreas no acabaran con la población.
Con la llegada de la democracia, sólo se dejó de meter a las prostitutas en la cárcel (faltaría más vamos), pero se siguió criticando y persiguiendo la prostitución con la boca pequeña sin atreverse a abrir el debate necesario sobre prohibición o legalización de la misma. En esas estamos 80 años después, pero a efectos económicos, cada encuentro sexual cuenta, y por supuesto sigue puntuando a la hipocresía del PIB.
Lamentable que las instituciones europeas tengan que jugar a la manipulación estadística por no ser capaces siquiera de dotar la legislación de flexibilidad en materia de juego, drogas y prostitución. Ese debería ser el primer debate, no los juegos de trileros para imputar cantidades al PIB sin base real alguna.
En El blog Salmón | Gracias a la prostitución tenemos más margen para gastar, pero es sólo estadística, Con drogas y prostitución ¿cuánto crecería el PIB España respecto al resto de Europa? Hay sorpresa