El presidente de la Agencia Internacional de la Energía, Nobuo Tanaka, se ha mostrado así de tajante sobre la situación actual del mercado. Desde la agencia internacional de la energía se afirma que al haberse incrementado la demanda por parte de los países emergentes los países productores no son capaces de producir suficiente petróleo para toda la demanda. Ante esa situación el precio del petróleo sube hasta que se iguala la demanda con la oferta. El mecanismo más antiguo y conocido de la economía.
No obstante también se reconoce que parte del precio actual del petróleo viene de la especulación. En los mercados financieros parecen estar interesados en invertir en petróleo. La principal causa que se da por parte de la AEI es que no se invirtió lo suficiente en los yacimientos en el periodo entre 1980 y 2000. Ahora estamos sufriendo las consecuencias de esa falta de planificación.
La primera crisis del petróleo sucedió en 1973, año en el que países árabes exportadores de petróleo dejaron de exportar petróleo a los países que habían apoyado a Israel, al mismo los países miembros de la OPEP acordaron fijar unos precios. Como consecuencia el precio del petróleo se cuadriplicó y provocó una alta inflación en el mundo industrializado. Los países ricos eran completamente dependientes del petróleo y se daban cuenta de ello por primera vez.
La segunda crisis del petróleo sucedió en 1979, con la revolución iraní. El Sha de Irán abandonó el país y un año más tarde Irak invadió Irán, con lo que el país dejó temporalmente de exportar crudo. El recorte en la producción no fue tal, pero el pánico cundió y el preció del combustible volvió a dispararse, aunque una vez finalizada la crisis el precio del petróleo descendió.
Más adelante no hemos tenido ninguna crisis energética. Los países industrializados se unieron en la AIE, buscaron suministradores alternativos para el petróleo y empezaron a investigar fuentes alternativas de obtener energía, por ejemplo el petróleo ruso. A partir de las dos crisis se empezó a fomentar el ahorro energético y las fuentes de energía alternativas, especialmente las renovables.
Aunque en las anteriores crisis quedó claro que no se podía seguir dependiendo del oro negro como fuente principal de energía, el problema del petróleo no ha sido completamente resuelto. Seguimos necesitándolo para mover nuestros coches, camiones y trenes, quien piense que los trenes son exclusivamente eléctricos demuestra que no los ha utilizado mucho. Este es el momento que hay que aprovechar para impulsar las tecnologías que puedan proporcionar energía sin depender del petróleo, a ser posible no contaminante. De momento la industria automovilística es la única que se ha puesto ha buscar el combustible de los coches del futuro.
Vía | El Economista
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Más información | IAE (Agencia Internacional de la Energía, en inglés)