Desde que estalló la crisis vimos a los gobiernos apresurándose buscando cosas que podían hacer para salvar a sus economías. Los gritos que más se oyeron fueron los de las empresas buscando salvarse del desplome económico y financiero y encontraron su mejor solución en las puertas de los ministerios. Las colas de los que pedían ayudas eran largas y muchos consiguieron lo que querían.
Hemos sido pocos los que criticamos estos procesos de salvación de empresas privadas con dinero público, en el entorno de pánico parecía que cualquier cosa era aceptable para intentar mitigar los impactos de la crisis.
Cuando he hablado de este tema, y ya es desde hace mucho, siempre exigía que, si se van a facilitar ayudas al sector privado con dinero público, estas ayudas deben ir acompañadas con condiciones y una de estas condiciones es que, ayudando a empresas, el Estado debe tomar una parte e, incluso, la totalidad del capital de la entidad rescatada de sus líos.
Ayudas con condiciones las hemos visto en algunas situaciones fuera de España, en España no recuerdo una en estos momentos. En Estados Unidos vimos varias ayudas donde el Estado tomó control de parte del capital de la empresa rescatada. Lo hicieron en el caso del fabricante de automóviles, General Motors, del banco Citigroup y también en el caso de la aseguradora AIG donde, en un momento, el Estado tenía el 92% de esta empresa.
Ya han vendido parte de las acciones que han tomado de estas empresas o recibido repago de algunas de ellas, incluyendo de Citigroup y General Motors, ingresando millones a las arcas del Estado.
En este contexto, acaban de lanzar una oferta de venta de acciones (OPV) valorada en $18.000 millones, con la venta de 607 millones de acciones, que podría ser $2.700 millones más si hay mucha demanda, de una acción que ha subido 47% ese año. Unos ingresos muy interesantes para las arcas del pueblo. No sólo eso, si vendieran las 262 millones de acciones que quedan an manos del Estado, valoradas en $7.800 millones al precio de vento de esta OPV, recuperarían más que lo que gastaron para salvar a AIG.
Las ayudas de empresas privadas con dinero público debe ser lo último que se hace, no lo primero que es lo que vimos pero, si se hace, se puede hacer con condiciones y con la posibilidad de recuperar lo gastado.
Con sus ayudas al sector privado, el gobierno español no escuchó a los que exigíamos condiciones. Le faltó esta parte y le sigue faltando.
Vía | BBC News y Financial Times (en inglés y €)
En El Blog Salmón | ¿Ayudas a la banca a cambio de qué?
Imagen | palm_z