El lunes Donald Trump hablará ante los trabajaodres de una fábrica en Blue Ash, Ohio. Blue Ash es una ciudad tranquila cerca de Cincinatti, una ciudad dormitorio tranquila en la que criar una familia en el Rustbelt americano. Ese que se ha inclinado por poner a Trump, dado que no consigue situarse en la economía global como lo están haciendo lugares como Nueva York o San Francisco.
Donald Trump ha acusado a Alemania y a China de competir deshonestamente con la industria norteamericana, y últimamente no para de incidir en este tema. Además, la reciente subida de aranceles sobre los paneles solares (que se producen principalmente en China) y lavadoras, ha levantado las alarmas en todos aquellos que exportan a Estados Unidos, ¿estamos llegando a la época de las guerras comerciales de Trump?
Hemos comentado alguna vez que el problema de la industrialización no son necesariamente las importaciones de países con costes laborales más baratos (y menor regulación medioambiental), pero también es cierto que de algún modo Donald Trump tiene que contentar a su electorado, si es que está pensando en volver a presentarse a las elecciones.
Guerra comercial con China
Aunque Donald Trump defendía el proteccionismo en su programa electoral, durante el primer año no ha hecho prácticamente nada en este aspecto aparte de amenazar por Twitter a fabricantes de coches. Aunque también es cierto que acabó con el Tratado Comercial del Pacífico, que supuso un fuerte golpe al futuro del libre comercio. No obstante, esto puede que vaya a lanzarse a más.
China por su parte ha comentado su falta de satisfacción al respecto al arancel del 30% sobre paneles solares y lavadoras, no obstante, no ha efectuado ningún movimiento todavía. Si esto es una guerra comercial, la verdad es que el primer disparo “ha sido con una cerbatana”, como ha comentado algún experto. China de momento no ha respondido.
También existen dos factores a considerar en esta “guerra comercial”, la primera es que es bastante posible que ante una guerra comercial perdiera más China que Estados Unidos, ya que el primer país exporta gran cantidad de bienes. La segunda es un factor no económico, y es que Donald Trump necesita la colaboración de China si quiere acabar con el actual régimen de Corea del Norte.
Guerra comercial con Europa
Otro frente con el que Donald Trump tiene abierto en su lucha contra el proteccionismo, son las importaciones europeas. Europa es un gran socio comercial de Estados Unidos, y según Donald Trump las empresas europeas venden sus productos en EEUU pagando muy pocos impuestos, mientras que las empresas americanas no pueden vender sus productos en Europa.
Eso no es cierto, EEUU exporta bienes y servicios a Europa y las empresas europeas pagan impuestos en EEUU (mientras la UE y los gobiernos europeos se dedican a investigar cómo hacer que las norteamericanas paguen impuestos en Europa). Para Trump, la UE es un instrumento de Alemania para introducir sus exportaciones en los EEUU mediante un euro artificialmente débil.
Por supuesto la burocracia europea no se quiere quedar quieta a este respecto, y ha respondido que están dispuestos a tomar medidas si vieran que las exportaciones de la UE a EEUU disminuyen por medidas tomadas por el gobierno norteamericano. Es decir, han avisado que están dispuestos a defenderse con uñas y dientes si Donald Trump establece medidas proteccionistas con la UE.
De hecho, como hemos mencionado, ha sido la presidencia de Trump la que ha empujado a Japón y a la UE a montar la mayor área de libre comercio del mundo.
Guerra comercial con Norteamérica
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte o NAFTA es un acuerdo entre EEUU, México y Canadá que desde hace varios años ha permitido una zona de libre comercio entre los tres grandes países que pueblan Norteamérica. Es un gran ejemplo sobre el libre comercio.
Bien, Donald Trump está amenazando con romperlo si México no está de acuerdo en la renegociación que quiere hacer. Esto podría suponer problemas para aquellas empresas que llevan construyendo su competitividad a base de usar las ventajas de cada lado de la frontera. Además quiere usarlo como condición para que México pague el muro de protección de la frontera con el que quiere detener la inmigración a Estados Unidos y que ha sido una de sus promesas electorales más conocidas y controvertidas.
Pregunta a los lectores, ¿veremos el comienzo de las guerras comerciales de Donald Trump en los próximos meses? El mundo está observando.
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