Bitcoin es uno de los grandes misterios de nuestros tiempos. La popular cripto-moneda y su tecnología de contabilidad distribuida han supuesto un revolucionario avance tecnológico-financiero. Bitcoin y Blockchain están transformando nuestro mundo tal y como lo conocíamos, y su padre Satoshi Nakamoto se esconde tras este celebérrimo pseudónimo que le mantiene oculto (y seguro) a propósito.
Pero ahora parece que John McAfee ha dado con él, y el fundador de la compañía de seguridad informática afirma rotundamente haberle descubierto, e incluso haber llegado a hablar con él personalmente. El haber desenmascarado al disruptivo Satoshi puede tener muchas más implicaciones de lo que podría parecer a primera vista.
Todo alrededor del fundador de Bitcoin estaba hasta ahora envuelto en un necesario halo de misterio
Hasta el momento, no se sabía ni siquiera si ese críptico (nunca mejor dicho) Satoshi Nakamoto era una sola persona, o si en realidad se escondía a todo un equipo bajo el enigmático nombre con aire japonés que firmaba el Libro Blanco de Bitcoin, considerado por muchos su propio manifiesto fundacional, con el que se liberó con premeditación y alevosía Bitcoin.
La posibilidad de que en realidad se tratase de todo un equipo multidisciplinar era contemplada por muchos analistas, puesto que Bitcoin como concepto y como arquitectura abarcaba varias áreas de conocimiento, en las que el manifiesto demostraba un profundo conocimiento que no era ni de lejos propio de un simple iniciado.
Entre estas áreas de conocimiento está la arquitectura de computadoras, las tecnologías de bases de datos, criptografía, seguridad infromática, conocimientos monetarios, economía en general, contabilidad, y así hasta completar un largo etcétera difícilmente alcanzable para una única persona incluso aunque contase con dilatada experiencia en varios sectores de actividad profesional.
El anonimato era indispensable. Satoshi Nakamoto hizo lo indecible por preservar su identidad, puesto que parecía plenamente convencido de que en ello podía irle incluso su propia seguridad personal. Efectivamente, un avance tan disruptor y que iba a dinamitar las bases de una industria tan poderosa como la bancaria y la financiera, era potencialmente muy peligroso, en primer lugar, para el éxito del proyecto, pero también para su propio creador.
Así que todo apunta a que el padre de Bitcoin tenía obligatoriamente que preservar celosamente su identidad real, y hacer un lanzamiento repentino que cogiese de improviso a los intereses creados que no querrían de ninguna manera que la iniciativa prosperase. De esta manera, Bitcoin se liberó sin previo aviso y totalmente por sorpresa, con un explícito Manifiesto que enseguida atrajo a la comunidad más techie y también a buena parte de los herederos de aquellos ciber-punks de los años 90, y que tuvieron en su momento su propio manifiesto (no muy alejado en bastantes puntos del de Nakamoto, por cierto).
No es la primera vez que alguien dice haber localizado al creador de la cripto-economía
Pero la noticia hoy es que todo ese halo de misterio parece que se va a disipar cual niebla que se levanta. Esa incógnita que mantenía en vilo e intrigados a buena parte del sector financiero y tecnológico, e incluso a muchos ciudadanos en general, parece que va a tocar a su fin definitivamente en unos días.
No obstante, en un tema tan mediático y tan atractor de clicks y portadas de medios, no es de extrañar que en el pasado ha habido ya varias intentonas de arrojar luz sobre Satoshi Nakamoto, con informaciones que afirmaban haberle localizado ya, y que se acabaron demostrando mayormente inconsistentes y que nunca se llegaron a probar ciertas.
Resonaron por todo el planeta las sucesivas hipótesis de la identidad del cripto-fundador. Una de las más conocidas fue la publicada por el semanario Newsweek de Dorian Nakamoto, con el que compartiría apellido e incluso nombre completo original de nacimiento, y que era un ciudadano japonés afincado en California. Otras identidaes que se han barajado son la de Nick Szabo, un relevante experto en criptografía de los Estados Unidos, la de Wei Dai, un destacable ingeniero en arquitectura de computadores también con profundos conocimientos de criptografía, o más recientemente la identidad de Craig Wright, en la que confluyeron investigaciones independientes de las publicaciones tecnológicas Wired y Gizmodo.
Los reputados medios The New York Times y New Yorker han llevado a cabo también sus propias investigaciones al respecto, pero no han alcanzado resultados suficientemente concluyentes. Tanta hipótesis, tanto desmentido, e incluso demandas de ciudadanos que reclaman haber participado en la creación de Bitcoin, no han hecho sino alimentar todavía más el ya de por sí intrigante enigma. Hay mucha intriga, gran curiosidad, y lógicas ganas de saber, y algunos no dudan en explotar en su favor esa inquietud general. Otros simplemente quieren desvelar el misterio y ponerle cara a su idealizado cripto-creador, para poder ponerlo sobre un pedestal con placa conmemorativa que incluya nombre y apellidos.
Pero ahora John McAfee afirma haber seguido con éxito la huella del enigmático Satoshi Nakamoto
Éste podría ser un mediático artículo más en busca de unos miles de clicks como los que citábamos antes. Pero el caso es que desde estas líneas nos hemos decidido a escribirles sobre ello porque todo apunta a que, en esta ocasión, sí que contamos con todos los ingredientes para que la noticia pueda ser verdadera, y que le vayan a quitar definitivamente la máscara al popular Satoshi.
El primer factor que aporta credibilidad a la noticia es que no ha sido otra más que la fuente que ha hecho el mediático anuncio, y del que la mismísima Bloomberg se ha hecho eco. Si bien John McAfee es un personaje ciertamente controvertido, no es menos cierto que tiene una alta capacidad técnica, que se ha embarcado de lleno en el mundo de la cripto-economía, y que posee una dilatada carrera de tecnólogo que le dio la fama cuando fundó la compañía de seguridad que lleva su nombre (y que ha pasado ya por diferentes dueños posteriormente).
Es innegable que John McAfee cuenta con amplio conocimiento tanto en seguridad informática en general, como en informática forense, así como en técnicas de trazabilidad para localizar identidades anónimas de internet. Así, McAfee cuenta en su haber con una larga trayectoria que incluye unos cuantos trofeos por haber localizado y desenmascarado a conocidos hackers en el pasado.
Además, McAfee no sólo ha hecho un anuncio al aire con el que copar portadas y titulares. McAfee ha aportado algunos datos que añaden una buena dosis de veracidad a todo el asunto: como informa Bloomberg, dice haber llegado a hablar personalmente con Satoshi Nakamoto, y además se comprometió inicialmente a hacer pública su identidad la semana que viene.
Es cierto que el controvertido John McAfee posteriormente se desdijo de ese plazo de compromiso, aduciendo que facilitaría ciertas acciones legales en su contra en el marco del proceso de extradición que se mantiene abierto desde EEUU con su país de residencia actual, las Bahamas. Así, McAfee dejó el plazo en el aire y sin dar una fecha posterior. McAfee aportó como demostración una carta firmada por el abogado que le lleva dicho proceso de extradición, en la que el jurista afirma los peligros jurídicos a los que se expone el propio McAfee ante un anuncio prematuro de la identidad del contrariado Satoshi Nakamoto.
Pero, aun así, haberse llegado a comprometer de forma tan clara y a tan corto plazo, revela que McAfee realmente no tienen miedo a una revelación que les expondría demasiado a acabar quedando en total evidencia, y a perder buena parte de su reputación incluso en el sector de su negocio más tradicional en caso de que el anuncio finalmente acabase por no llegar nunca.
Y por cierto, que McAfee afirma que al contestar a la llamada Satoshi Nakamoto mostró un comportamiento y una actitud que dejaban claro que se encontraba muy enfadado por haber sido finalmente localizado… Y visto lo visto en lo referente a las potenciales implicaciones sobre su seguridad personal, no es para nada de extrañar. Satoshi debía de tener meridianamente claro que con su invento, en el todopoderoso sector financiero, muchos amigos, lo que se dice amigos, no iba a hacer precisamente.
Los detalles que se conocen por ahora sobre la enigmática personalidad del mundo más techie
La primera noticia que revelan los detalles que han trascendido por parte de McAfee revelan que Satoshi estaría vivo. Esto de por sí ya es un halo de luz que se arroja sobre el misterio, puesto que no fueron pocos los que llegaron a especular con que podría haber fallecido. El motivo no era otro sino porque sus cerca del millón de Bitcoins (más de 5.000 millones de dólares al cambio actual) llevan años congelados y sin moverse ni ser negociados.
Pero además parece ser que Satoshi residiría en el propio Estados Unidos, lo cual es una segunda revelación que, de probarse cierta, tiene muchas implicaciones como veremos más adelante. Nunca antes la gran banca de Wall Street pudo pensar con más motivo que en realidad podría tener al que ven como revolucionario Nakamoto viviendo incluso en su misma ciudad.
Las consecuencias de la revelación van mucho más allá de ponerle cara a Satoshi
Como apuntaba el propio Bloomberg en su artículo, y como obviamente se sabe en el sector de la cripto-economía desde hace años, ese cerca del millón de Bitcoins que estarían en manos de Satoshi Nakamoto tienen una gran influencia sobre el cripto-mercado. De hecho, un millón de Bitcoins supone un porcentaje muy relevante del total circulante de la cripto-moneda, algo por debajo de los 18 millones de unidades. Pero ese poder de influencia va mucho más allá de que sean vendidos impactando en el mercado: su mera existencia y posible pertenencia a un Satoshi vivo que podría deshacer posiciones en cualquier momento ya produciría fuertes oscilaciones en las cotizaciones de Bitcoin. Como demostración, algo similar ha ocurrido en el pasado con otros grandes tenedores fundacionales de Bitcoins.
Sólo nos queda por ver qué le deparará finalmente el futuro a la persona a la que parece que en breve le van a quitar la máscara. En un mundo que reconoce los méritos (que Satoshi los tiene y muchos), le deberían llover las ofertas para abanderar algunos de los proyectos más disruptivos que han nacido al calor de la tecnología que creó, además de innumerables conferencias por todo el mundo desvelando los comienzos de su proyecto, el desarrollo del mismo, el futuro que tiene por delante, y todo tipo de temas tecnológico-financieros. Tenerle como invitado en cualquier conferencia o evento dará mucho caché.
Pero a veces nuestro mundo no sabe reconocer lo que tienen de innovador ciertas disrupciones, y de hecho el propio Galileo fue quemado en la hoguera por afirmar que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol. Así que tal vez el asunto se acabe centrando más en los peligros que esas disrupciones pueden llegar a suponer para la industria establecida (y para sus intereses creados, obviamente). Obviamente, no todos los directivos financieros son iguales, y más de uno tendrá su ética, pero con todo el poder que tienen en el sistema, con que dos o tres no tengan escrúpulos, Satoshi ya se puede dar por que tendrá una alta probabilidad de acabar ante el estrado.
No se puede descartar que Satoshi Nakamoto pueda verse envuelto en algún tipo de demanda o proceso judicial, puesto que algunos pueden fácilmente llegar a justificar jurídicamente su cripto-acción como algo que atenta contra un sector crítico nacional como es el financiero. Residir en el propio EEUU le pone fácilmente al alcance de cualquier causa judicial. Y en este supuesto, ya pueden dar por seguro que muy probablemente no le atacarían sólo en un único frente legal, sino en muchos posibles, y que le podrían hundir bajo una avalancha legal inasumible para un ciudadano de a pie como parece ser Satoshi.
Y tomen buena nota de ello: en Internet no tienen garantizado su anonimato ni los expertos más expertos en zafarse de los bits. Lo que más paradójico resulta de este tema es que Satoshi Nakamoto, la persona que más ha hecho por tratar de popularizar una economía descentralizada y con privacidad y anonimato, haya finalmente caído víctima en aquello que precisamente trató de conseguir.
Ello nos lleva a la última y siniestra consecuencia de que este tema, en caso de que se confirmase el peor escenario judicial, enviaría potentes señales a todo el que ose innovar y poner en marcha una iniciativa demasiado disruptora: acabarán encontrándole, y entonces se verá a si mismo abandonado a su propia suerte, posiblemente contando sólo con medios modestos para su defensa y protección, y con muy pocos amigos (por no hablar de enemigos). Es como uno de esos carteles de "¡Cuidado con el perro!" que amenazan entre dientes afilados desde el "terrenito" particular.
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