Ya saltó la noticia la semana pasada según la prensa andorrana y posterior difusión por la prensa española. Marc Márquez cambia su residencia fuera de España porque considera que trabajar al 50% con la Hacienda española es pasarse en tasa de imposición. A cuentas rápidas, con unos ingresos de 10 millones año, paga unos 5 millones en impuestos. Peccata minuta.
Márquez adopta la decisión más lógica y racional que puede adoptar cualquiera cuando tiene libertad para fijar su residencia en cualquier punto del planeta y además recibe sus ingresos por trabajos deslocalizados. Nada que no hayan hecho otros deportistas o artistas de primera línea. Los impuestos altos provocan fuga de capitales, no es nada nuevo ni estamos descubriendo la pólvora. Es simplemente una cuestión implícita al pago de impuestos totalmente lógica y racional que hace cualquiera que pueda optar por esta opción.
Contra los detractores y aquellos que piden la "dilapidación pública" de Márquez, tenemos voces de todo tipo. Desde los que lo acusan de haberse beneficiado de un sistema público que ahora no paga ni pagará (carreteras, sanidad educación...) hasta los que apelan a que fije su residencia fiscal en España por patriotismo. Interesante argumento, tener que recurrir a la bandera para pedir que se paguen los impuestos aquí.
Lo que no podemos considerar como normal es un impuesto marginal del 56% como tienen el placer de disfrutar los residentes en Cataluña y que a partir de un determinado baremo de ingresos, más de la mitad de tus ingresos vayan al Estado. Por eso mismo, todo aquel que puede por su profesión y por su baremos de ingresos, fija la residencia donde más le conviene. Un aplauso para los revolucionarios de la confiscación, porque la contribución impositiva, tiene límites soportables al sacrificio que se realiza.
En El Blog Salmón | En España no hay ricos, el IRPF lo pagamos sólo los tontos
Imagen | Corentin Foucaut