Un fuerte problema que tiene la organización territorial española es que las autonomías no compiten entre ellas. De hecho parece vetarse por el gobierno central y por parte de la sociedad pública. Lo cual es absurdo, el sentido de tener un estado descentralizado en una casi ferederación/confederación de estados es que estos compitan entre sí.
La avaricia es, a falta de una palabra mejor, buena. Eso dice Michael Douglas interpretando a Gordon Gekko en la película Wall Street. En el caso de la política, la competencia entre entidades subnacionales esa falta de una palabra mejor, necesaria. El economista Jesús Fernández-Villaverde considera que debe aplicarse a las como las comunidades autónomas organizan las universidades, pero lo cierto es que no deben aplicarse solamente a la organización universitaria, sino también a otros ámbitos.
En otros países funciona
Me gustaría considerar tres países en tres continentes en los que la competencia entre sus entidades subnacionales les está funcionando, Suiza, EEUU y China.
EEUU se planteó desde el primer momento como una federación de estados, las trece colonias que se rebelaron contra la majestad británica, se convirtieron en los primeros trece estados de los cincuenta que es la unión actual. La competencia entre estados funciona. No hay más que ver como las empresas y los trabajadores eligen unos estados u otros para establecer su sede o su vida, según las condiciones que les den. Reciéntemente hablamos de como las empresas tecnológicas empiezan a dejar California, que empieza a poner trabas a la actividad empresarial, para irse a Texas u otros estados.
Aunque China nos puede parecer totalitaria y monolítica desde el exterior, las diferencias entre las distintas subdivisiones son abismales, así como las diferencias entre campo y ciudad. Es muy diferente Shanghai de Hainan o de Mongolia Interior. Además al partido comunista le gusta experimentar, a veces una nueva reforma se lanza en una subdivisión concreta, y si funciona, se extiende al resto del país. Tampoco es raro que se premie a los líderes de aquellas provincias que lo han hecho mejor que otras que lo han hecho peor (esto es el motivo por el que algunas provincias han falseado sus estadísticas). Cuando China empezó a experimentar con el capitalismo, primero probó en una ciudad concreta, Shenzhen, que hace frontera con Hong-Kong. Al funcionar fue abriendo más Zonas Económicas Especiales, como Pudong en Shanghai. Hoy, tanto Shenzhen como Pudong están cubiertas de rascacielos.
Suiza es un país que a pesar de su pequeño tamaño está dividido en cantones, que funcionan casi como estados independientes. Su democracia es un caso especial, con elecciones y referéndums cada tres meses, pero también la fuerte independencia que tienen los cantones para organizar sus asuntos. Los cantones Suizos compiten entre sí. No sólo en impuestos, sino también en adelantarse a tendencias, por ejemplo recientemente el cantón de Zug ha empezado a aceptar pagos en criptodivisas (después de haber empezado a regular las mismas) y hace poco el cantón de Ginebra se lanzó a regular las ofertas iniciales de criptodivisas o ICO.
Si queremos que en España funcione…
Recientemente algunos intelectuales están teorizando sobre el uso de las instituciones subnacionales españolas (comunidades autónomas y municipios) como modo de oponerse a la política del gobierno central. A esto se le llama “encastillamiento”. Las tensiones entre los gobiernos centrales (o federales) y las entidades subnacinales o entre unas entidades subnacionales y otras no son nada nuevo. De hecho hace poco que en España se ha acusado a la Comunidad de Madrid de ser un paraíso fiscal, simplemente porque ofrecía unos impustos ligeramente más bajos que otras Comunidades Autónomas y su estrategia parecía estar siendo exitosa.
Volviendo al artículo del profesor Fernández-Villaverde, menciona que en política universitaria en España se ha descentralizado para hacer diecisiete veces lo mismo. Esto es algo que debe de cambiar, el objetivo debería ser incrementar la competencia en el sistema, no sólo universitario, sino en el resto de regulaciones. No tiene sentido que las Comunidades Autónomas funcionen como un cártel regulatorio en el que todas tienen una regulación similar, indistinguible.
No tiene sentido primero porque se supone que están para adaptarse más adecuadamente a las características de su territorio y singularidad cultural. No es lo mismo una gran urbe como Madrid que una extensión rural como Castilla y León o una comunidad costera mediterránea como la Valenciana que una atlántica como la Gallega. Segundo porque para que todas saquen la misma regulación y no den la oportunidad al ciudadano de votar con los pies (trasladando su residencia o negocio de una a otra, algo que ya sucede hacia aquellas con mejores condiciones) no hace falta una descentralización que las justifique. Tercero, porque al no haber innovación, no pueden copiar unas de otras aquello que funciona (por ejemplo la regulación de las ICO.
Pregunta a los lectores, ¿creen que las entidades subnacionales deben competir entre sí? ¿O es mejor una regulación única aunque haya descentralización?
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