Los planes de ayuda o de rescate que varios gobiernos han implementado a la ligera tenían dos problemas.
Primero el problema de fijar bien los objetivos que estos planes buscaban y, segundo, que todavía no han fijado claramente los culpables reales que nos llevaron a donde estamos.
Sin analizar la base del lío en que nos encontramos, y los culpables principales de haber llegado al punto en que nos encontramos, no entenderemos cómo podremos evitar repetir la historia, algo que los humanos hacen muy a menudo.
En cuanto a los culpables principales, no deberíamos quedarnos con los participantes del mercado, el blanco fácil, por intentar ganar dinero en el mercado mientras podían. Los que jugaron en el mercado dentro de los límites de la ley y de las regulaciones, la gran mayoría, no deben ser considerados los culpables.
Por supuesto que tuviueron excesos y que cobraron sueldos y sobresueldos multimillonarios y actuaron muchas veces de forma grosera, con sus gastos extravagantes y su actitud arrogante.
No obstante, estos excesos venían porque las regulaciones que controlaban sus actividades eran cada vez más liberales y, como es de esperar, se aprovecharon de su ampliada libertad.
Añadido a eso, tenían cada vez mas liquidez que los bancos centrales, en su deseo de no tomar decisiones difíciles o de ser criticados y en su afán de ver recesión en todas partes e ignorar los claros indicios de inflación que hemos denunciado en estas páginas muchas veces, soltaban y soltaban liquidez al antojo de casi todos.
Repito las palabras que citó con toda la razón mi compañero, Marco Antonio, de William McChesney Martin, presidente de la Fed entre 1951 y 1970:
un buen banco central previene el exceso especulativo retirando las bebidas alcohólicas antes de que la fiesta se anime demasiado
Pues como he hablado en estas páginas, los causantes principales de la crisis que estamos viviendo y los que prepararon el camino para el desplome en los precios de los activos, financieros y otros, son los principales bancos centrales del mundo; la Fed estadounidense, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra, aunque algo menos. Culpables por desregular al azar sin preocuparse de las consecuencias y culpables por añadir más liquidez a mercados que estaban en clara burbujas y exuberancia irracional.
Ah, y hay que añadir a la lista los políticos que pusieron esos presidentes de los bancos centrales en sus puestos y que estuvieron criticándoles en cualquier momento que veían que se desviaban de su camino al despilfarro.
Los mismos políticos y bancos centrales al que hemos dado las riendas para sacarnos del lío en que estamos.
En El Blog Salmón | Los planes de rescate están fallando, El notable abandono de los Bancos Centrales y La culpa es de las bancos centrales