Los servicios de taxis de Barcelona están en pie de guerra. Uber ha llegado a España y la reacción en contra no se ha hecho esperar. Pero, ¿qué es Uber? Básicamente un servicio de alquiler de coche con conductor que se basa en el uso de una aplicación en el móvil.
El problema es que en España este tipo de servicios es ilegal. Y en otros países de Europa también (Bruselas) o las autoridades quieren limitar su uso, como por ejemplo en París.
Ya vimos reacciones similares a los servicios colaborativos cuando la asociación de transportistas por carretera pidió el cierre de Blablacar. En aquella ocasión la protesta tenía poco sentido, ya que estaban en contra de un servicio de compartición de coches, sin contraprestación económica (puestos a pedir, que pidan el cierre de Facebook porque sus usuarios quedan para compartir coche así, o de las compañías telefónicas si dos conocidos se llaman para compartir coche). Pero con Uber es muy distinto.
Uber y el problema de la regulación
Uber ofrece un servicio de alquiler de coche con conductor, que además factura de una forma muy parecida a los taxis, por tiempo y kilómetro. Todo se basa en la información proporcionada por los teléfonos móviles. Y sí, todo es bastante más barato que para los taxis, tanto las carreras como los gastos asociados para los profesionales. De ahí la mala reacción de los taxistas.
El problema de fondo es que el sector del taxi está excesivamente regulado. Los ayuntamientos controlan el número de licencias, los requisitos para ser taxista, etc. Quizá en su día fuera necesario, pero ya no. Eso sí, quien ha logrado pasar por todos los requisitos ha gastado mucho dinero en el proceso y además tiene una protección legal frente a la competencia y por tanto no quieren que nada cambie. Pero la situación tal y como está va en contra del interés general.
El sector del taxi está excesivamente regulado y han hecho mucha presión para que nada cambie. La realidad está volviéndose en su contra. Creo que debería haber una reforma muy grande del sector. Primero, libertad de tarifas (obligando a una estructura igual para todos y que cada cual ponga sus precios para poder comparar con comodidad). Segundo, menos requisitos para ser taxista (la normativa especifica desde los tipos de coche hasta la indumentaria que pueden llevar). Tercero, abrir el mercado al alquiler de coches con conductor (que se diferencia en que no se pueden parar por la calle, hay que reservarlo con antelación).
Y lo siento por los perjudicados, pero los beneficiados van a ser muchos más: los consumidores, que podrán desplazarse más cómodamente (ahora mismo coger un taxi es considerado por muchos un lujo); el turismo, ya que tendrán más flexibilidad para hacer recorridos cercanos; y los desempleados, porque se generará más negocio y empleo.
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