O la espada o la pared: el BCE ha subido los tipos para parar la inflación caiga quien caiga
Hoy el BCE ha hecho la segunda subida de tipos de interés de este año. Una subida que deja los tipos en el 1,25%, una histórica e inédita subida de 75 puntos básicos después de la de julio de 50 puntos básicos. Hace unos meses los tipos estaban en el 0% y ahora están en el 1,25%. ¿El motivo? La inflación disparada.
Y es que subir los tipos es algo generalizado en todos los bancos centrales del mundo (con la notable excepción de China). En EEUU los tipos han subido desde cero hasta el 2,25% este año. Canadá ha pasado del 0,25% al 2,5%. Reino Unido del 0,25% al 1,75%. Australia del 0,10% al 2,35%. Y un largo etcétera.
Los perjudicados de la subida de tipos
Claramente esta subida de tipos general que hay en el mundo va a dejar perjudicados. Cualquier política económica afecta a la gente y en esta ocasión no va a ser distinto.
Los primeros son los hipotecados a tipo variable. La cuota hipotecaria va ir subiendo en las revisiones y esto dejará menos dinero disponible para las familias, incluso puede llegar a ahogar a algunas personas que iban muy justas.
También afectará a las empresas que quieren invertir para crecer, ya que la financiación será más cara. Esto impedirá ciertas inversiones o las retrasará, lo cual tendrá un impacto en el empleo.
En definitiva, menos gasto de las familias y empresas y menos inversión. Y esto se traduce en más paro, menos crecimiento económico e incluso recesión. De hecho el plan de EEUU para frenar la inflación es bastante explícito, generar más paro.
¿Es un complot de los Bancos Centrales?
Lo cierto es que las medidas que se están tomando desde los sillones de los grandes Bancos Centrales (y que el FMI apoya) parecen encaminadas a fastidiar a la población. Pero ni mucho menos. La inflación puede que no parezca tan mala a corto plazo como las consecuencias de las subidas de tipos pero también es devastadora para la economía. Además si se instaura la sensación de que los precios suben a un ritmo alto luego es muy difícil cambiar esta mentalidad y hay que tomar medidas más drásticas durante más tiempo, como en los 80.
Estamos ante una situación imposible: si no se hace nada vamos a sufrir (especialmente los más pobres) por las subidas de precios; si se suben tipos para contener la inflación también habrá sufrimiento, por la menor renta disponible y el mayor paro (y también serán los más desfavorecidos los más afectados).
En este tipo de situaciones, donde solo hay perjudicados se haga lo que se haga, hay que tomar decisiones. Y los Bancos Centrales lo han hecho: para estar mejor a largo plazo es mejor controlar la inflación, aunque haya sufrimiento a corto plazo. Y para eso hay que subir los tipos, no queda otra. No están exentos de críticas, ya que provocar una recesión aumenta la desigualdad, desigualdad que luego se reduce muy lentamente en las expansiones.
¿Y España?
Lo cierto es que las previsiones de España no son tan malas si nos comparamos con el resto de economías avanzadas. El PIB crecerá en 2022 entorno al 4% y en 2023 un 2%. De hecho en una situación normal diríamos que España está creciendo a buen ritmo.
Pero la realidad es que no estamos tan bien porque la situación no es normal. A pesar de este buen nivel de crecimiento todavía no hemos recuperado el nivel pre-pandemia. Nuestro PIB sigue siendo inferior al de 2019 y somos la única gran economía (y prácticamente la única de Europa) a la que le sucede esto. Otros países como Francia, Alemania, Reino Unido, EEUU o incluso Italia y Portugal ya han superado el nivel anterior al Covid-19.
Aún así vamos a sufrir. Vamos camino de una recesión y la subida de tipos lo va a acentuar. Las estimaciones del AIREF dicen que el tercer trimestre del año habrá una contracción del PIB en España y ya sabemos lo que esto implica: habrá más paro y sobre todo para los más vulnerables. Y aunque la crisis no sea tan profunda como la de otras economías (simplemente porque todavía tenemos que recuperar el nivel de normalidad pre-pandemia) lo cierto es que no va a ser indolora. Esperemos que al menos sirva para controlar la inflación y evitar males mayores, porque tiene pinta de que esta inflación no es tan fácil de controlar.