De Guindos ha cifrado en 2.600 millones de euros el agujero generado por operaciones irregulares detectadas por el FROB, fundamentalmente en las cajas de ahorro intervenidas. 23 operaciones en Catalunya Caixa y NovacaixaGalicia con un importe de 1.500 millones de euros, el asunto de las tarjetas black de Caja Madrid y otra operaciones del conglomerado Bankia por importe global de 1.100 millones de euros.
De todos estos procedimientos, en 19 de ellos, existe procedimiento penal abierto, se están investigando operaciones irregulares de financiación, compras y ventas de participaciones societarias, operaciones de dación en pago con situaciones patrimoniales extrañas o directamente delitos societarios o financieros.
Como vemos, el sistema financiero entre 2005 y 2008, controlado por los Consejos de Administración de políticos en estas cajas de ahorros ha funcionado maravillosamente bien y ha tenido una supervisión excelente por parte del Banco de España. Hay que darle un fuerte aplauso al Gobernador del Banco de España y a los diferentes ministros de economía de los últimos 15 años por su buen hacer.
Aparte de este primer corte de operaciones, sería realmente interesante a cuánto ha ascendido el desfalco global en operaciones irregulares, porque no se está hablando para nada de CCM, que ha hecho operaciones gloriosas de financiación público-privada con el Aeropuerto de Ciudad Real a la cabeza, nada de Cajasur y sus ramificaciones eclesiásticas con la operación Malaya y la financiación irregular de obras por toda Andalucía o de los efectos creados en el conglomerado de cajas bajo la marca UNNIM, que también levantaron polvareda en su momento.
Si se siguiera tirando de la manta, nos sorprendería ver quiénes han sido los responsables finales de todo el desastre de las ayudas públicas a la banca. ¡Oh, sorpresa! esos políticos que ahora también quieren controlar todo el sector financiero desde sus consejos de administración. Eso si, pero con tarjetas blacks, eso que no les falte.
En El Blog Salmón | El FROB pierde otros 11.000 millones con la venta de Catalunya Caixa