La desinflación es el proceso de desaceleración de la inflación, un término que fue utilizado por primera vez por la economista Susan Strange en 1978 para describir la disminución de las tasas de inflación durante la década de 1970.
Ocurre cuando la tasa de inflación se ralentiza, lo que puede ocurrir por varias razones. Una razón para la desinflación podría ser la reducción de la oferta monetaria. Esto puede suceder cuando hay un alto nivel de ahorro y bajos niveles de inversión en una economía. Desde el lado de la demanda, se puede deber por la menor la compra de bienes y servicios, y desde la oferta por una mayor productividad y eficiencia.
Durante la desinflación, los precios pueden subir, pero no tan rápido como lo habrían hecho si la inflación hubiera continuado acelerándose. La desinflación puede verse como una señal de que el crecimiento de una economía se está desacelerando y que puede estar en camino a una recesión.
Y esto es lo que está ocurriendo. La acción de los bancos centrales contra la inflación vía continuadas subidas de tipos de interés está dando sus frutos: las tasas de inflación se están controlando, aunque en el caso de Europa la desaceleración es muy leve y hay que esperar para confirmar el escenario:
La tasa de inflación anual de la Eurozona se redujo al 10% en noviembre de 2022 desde el máximo histórico del 10,6% registrado en octubre, superando las previsiones del mercado, que la situaban en el 10,4%, según las estimaciones preliminares. Los precios siguen con un empuje fuerte por lo que se ha producción la cuarta subida consecutiva de los tipos de interés que quedan en el 2,5%, su nivel más alto desde diciembre de 2008.
El petróleo se utiliza como indicador adelantado a la evolución de los precios y lleva desde el mes de julio firmando continuados descensos, situándose alrededor de los 80 dólares.
Hace unos meses repasamos que sectores en bolsa se ven beneficiados con un entorno de inflación alta y creciente pero ¿qué ocurre cuando la inflación reduce su ritmo, pero sigue a tasas altas?
Para ello, observaremos el siguiente gráfico elaborado por el departamento de investigación de Goldman Sachs. En él se puede observar la media de rentabilidad mensual de las diferentes industrias cuando la inflación es alta pero está cayendo desde 1962. Y es en ese punto que hay que destacar el sector de equipos médicos, semiconductores, servicios de consumo, software, venta minorista, equipo eléctrico y transporte.
Este mejor comportamiento de estos sectores se deben a que cuando la inflación se desacelera, los márgenes empiezan a respirar por el control de los costes y el mercado descuenta esas expectativas, ofreciendo un mejor comportamiento que la bolsa. En este entorno los sectores de equipos médicos y semiconductores sobresalen.
Si nos dirigimos al sector de equipos médicos que es el que mejor comportamiento ofrece frente al mercado, con la inflación en auge, se produce un aumento del coste de materiales como metales, plásticos y productos químicos está disparando los costes de producción. Los precios de las materias primas para dispositivos médicos suben y, de hecho, se han disparado en los dos últimos años. Muchas empresas de productos sanitarios se enfrentan a la escasez de semiconductores y otros componentes críticos. El sector médico se enfrenta a un aumento significativo de los costes de transporte y a unos plazos de entrega más largos e imprevisibles.
El sector de semiconductores viene condicionado por la alta inflación. Pensemos que los electrodomésticos y casi todos los ámbitos de la vida nos harían creer que la demanda de esos pequeños chips sería imbatible y que la industria sería impermeable a una corrección importante. Así ha sido durante más de una década. Los últimos datos indican que el sector de los semiconductores está experimentando un retroceso, gracias a la contracción de la demanda a partir de julio.
El descenso gradual de la demanda de semiconductores es consecuencia directa de la presión sobre los costes debida a las subidas de los tipos de interés para contrarrestar la inflación y, por tanto, de la disminución del poder adquisitivo. Por esa razón, cuando las tasas de inflación se desaceleran, se le da aire a este sector. También debemos entender esa desaceleración de la escalada de precios como una consecuencia de la recuperación de las cadenas de suministro.