Con el desorden financiero, el mercado de capitales se ha convertido en el nuevo campo de batalla de la crisis, dado que sobre él comenzarán a ejercerse severos controles. Como advertíamos en el origen del caos financiero, hay una maldición en el dinero fiduciario y es la necesidad de un crecimiento pujante para mantener las apariencias del esquema ponzi. La caída del dólar es la detonante de esta demolición controlada en la cual muchos países buscan evitar a toda costa una apreciación no deseada de sus monedas, dado que haría recrudecer aún más el desempleo.
La guerra de divisas es propiciada por la propia Reserva Federal, entidad que por la vía de las enormes inyecciones de liquidez busca exportar el desempleo de Estados Unidos para combatir la crisis financiera. Pero mientras la Fed somete al dólar a este curioso hara-kiri, el resto del mundo replica la escalada devaluatoria haciendo que el hara-kiri del sistema financiero sea global. Todos los países buscan fórmulas para debilitar sus monedas y así es como esterilizan los efectos de un dólar que no detiene su declive.
En esta guerra por no perder terreno en el comercio internacional, el nuevo campo de batalla ha pasado a ser el mercado de capitales. Tailandia anunció el martes que impondrá una retención fiscal del 15% a las ganancias de capital que obtengan los inversores extranjeros, como una manera de frenar el masivo ingreso de divisas que entran para hacer su juego en el llamado carry trade. Y es que pedir prestado a las bajas tasas de interés (en torno al 0%) de las grandes potencias, resulta ser un negocio altamente lucrativo cuando los países emergentes mantienen tasas del 3% al 6%.
Tailandia no es el único país en volver a los controles de capital como una manera de proteger su economía. Brasil anunció que subirá al 4% la fiscalidad para frenar la masiva entrada de capitales que inunda el mercado y que presiona a la revaluación del real. Este tributo se aplicará a todas las inversiones de cartera, es decir, aquellas inversiones especulativas que se limitan al carry trade y a ganar con los diferenciales de tasas. Esta es la razón por la cual Australia, Corea e Indonesia han retrasado el alza de los tipos de interés: quieren evitar una masiva inundación de dolares.
Los países dependientes de las exportaciones como Japón, Perú y Colombia, buscan mantener a raya el dolar para garantizar la competitividad de sus exportaciones, y han optado por intervenir directamente aumentando las reservas en dólares del banco central. La nueva fase de la crisis requiere la aplicación de todo este arsenal para evitar un desplome mayor de la economía. Es una fase que obligará a Estados Unidos a un largo proceso de desapalancamiento y en el cual la economía global deberá sincerar sus procesos de ajuste.
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Imagen | Hans S