Este pasado lunes José Luis Rodríguez Zapatero acudió a una entrevista para el canal de televisión VEO 7 con la intención de ofrecer sus impresiones sobre la coyuntura económica. Entre otros temas, el presidente se manifestó sobre el espinoso asunto de las cajas de ahorros, pero se columpió cuando daba explicaciones sobre la forma de la reestructuración del sector.
Hace poco comentamos aquí las medidas que el gobierno proponía, por boca de la ministra Salgado, para arreglar el problema de solvencia de estas instituciones. Entre ellas destacaban dos. La primera era la aplicación de un nuevo mínimo obligatorio de “core capital“, que se define como el ratio capital básico (capital propio + reservas) respecto al total del pasivo de una entidad. Este nuevo mínimo obligatorio se va a situar a partir de ahora en el 8%, en lugar del 7% que imponía Basilea III.
La segunda de las medidas destacadas es la implicación del FROB para el caso en que las entidades con problemas no lleguen a lograr el mencionado mínimo, y aquí es donde la explicación de Zapatero presta confusión. Si ello ocurriese, según el informe de la ministra, el FROB comenzaría a formar parte del capital de la entidad en cuestión, con la obligación de desprenderse de sus participaciones a cinco años vista.
Pero Zapatero parece no haber comprendido las repercusiones que esto tiene, o al menos no parece expresarlo correctamente, pues como podemos escuchar en el video, afirma que “a las cajas le hemos estado prestando dinero al 7% y se lo van a devolver al Estado”, para luego a continuación concluir que “el Estado no ha perdido dinero avalando y comprando activos a los bancos, está ganado dinero”.
Parece ser que Zapatero confunde términos. No es lo mismo prestar que comprar. Si el FROB llega a intervenir, lo hará comprando y no prestando, y por tanto no se puede afirmar que el Estado esté ganado dinero. Lo haría si en un futuro vendiese esas participaciones a un precio mayor, pero hasta entonces esto no se puede afirmar.
Otra cosa es que Zapatero quiera intentar transmitir que la operación no significa una nacionalización de perdidas, lo cual es cierto, en principio. Si el Estado tiene que llegar a participar en el capital de los nuevos bancos, estaremos hablando de una inversión y no de un gasto a fondo perdido, al menos a corto plazo. Si la inversión no sale buena, la perdidas se anotarán en el futuro. No cabe entonces hablar todavía ni de perdidas ni de ganacias, pero sí de nacionalización.
En conclusión, lo que está claro es que esta operación se consideraría un auxilio a las cajas, un auxilio en el que todos aportamos dinero. Si despues de todo conseguimos sacar provecho de esta nacionalización, sin duda será un exito. Pero esto no parece fácil.
En El Blog Salmón | Antes de inyectar dinero público en las cajas de ahorros, hay que agotar las vías de fusiones
Vía | Se Frugal