Ayer supimos que la tasa de paro estadounidense bajó un par de décimas el pasado mes de febrero, hasta el 5,5 %, el nivel más bajo desde 2008. Mientras tanto, en la Unión Europea esta se mantiene estable en torno al 11,2 %, la última cifra disponible. ¿Por qué?
La brecha económica entre EEUU y la eurozona parece que vuelve a crecer. Si habláis con norteamericanos residentes al otro lado del Atlántico comprobaréis cómo para ellos la crisis ya es una historia del pasado. En Europa, por contra, aún tememos que una nueva recesión vuelva a asolar a la economía comunitaria.
Mientras que en Europa optamos por políticas de austeridad para hacer frente a la crisis, los norteamericanos prefirieron confiar su futuro a políticas de expansión monetaria y la Reserva Federal regó con millones de dólares el sistema. Ahora es el Banco Central Europeo (BCE) el que quiere hacer lo mismo en terreno europeo, pero sin renunciar a la austeridad. ¿Será un acierto?
La respuesta no está clara, sobre todo si tenemos en cuenta la disparidad europea en términos de paro: mientras Alemania presenta la tasa de desempleo más baja desde su reunificación (6,5 %), en países como Grecia o España esta supera el 23 %, por no hablar de que Italia batió recientemente su récord con un 13,4 %.
Entonces, ¿funciona la austeridad alemana o es mejor tirar sacos llenos de billetes de 500 euros desde un helicóptero? Con estas pinceladas de información sobre la mesa, dejaremos el análisis pendiente para otro post más extenso y así conocer mientras la opinión de los lectores al respecto.
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