Finalmente, lo que muchos temíamos se ha cumplido: la reforma laboral no sólo no ha sido “agresiva”, sino que además está rebosante de letra pequeña que las señoras Báñez y Sáenz olvidaron mencionar el día de su presentación a los medios. Algunos ingenuos, entre los que me incluyo, pensamos que un gobierno respaldado por una mayoría absoluta aplastante sería capaz de llevar a cabo una reforma ambiciosa que de una vez por todas solucionase los graves problemas del mercado laboral español.
Nuestro mercado laboral es caótico y pide a gritos un reseteo. Y la respuesta del gobierno no ha sido otra que parchear las medidas que la ejecutiva de Zapatero aprobó en su momento y que no sirvieron absolutamente para nada. Sobre la mesa han dejado propuestas tan válidas como la indemnización de despido creciente o el paquete de medidas austríaco, que además de proteger la trayectoria profesional del trabajador eran beneficiosas para la economía a medio y largo plazo.
Todo ha quedado en un “puedo y no quiero”, lo cuál es bastante curioso porque pienso que incluso los sindicatos estaban dispuestos a bajarse un poco más los pantalones y aceptar una reforma más ambiciosa. Otra cosa es que ahora ladren y quieran llenar las calles de pancartas propagandísticas. Eso ya sabíamos todos que iba a pasar, sobre todo después de que les recortaran parte de las subvenciones que utilizan para pagar mariscadas y tunear bolígrafos.
Ignoro si el hecho de que las elecciones a la Junta de Andalucía, que están detrás de la puerta, ha influido en la decisión. Tal vez pensó Mariano que con este paquete de medidas daría pie a que los andaluces pensaran que “el PP no se come a los niños, no mata viejos y no es franquista”, como una vez aclaró el ex ministro Miguel Ángel Rodríguez. Lo cierto es que el sabor de boca que ha dejado en las calles ha sido justo el contrario, aunque eso carezca de importancia. Lo verdaderamente relevante de este asunto es que los problemas del mercado laboral español seguirán ahí porque el Gobierno, por causas que se desconocen, así lo ha decidido.
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