Mariano Rajoy "el austero", ha sacado esta mañana a relucir dos datos interesantes. El primero, tal y como viene siendo habitual, el avance de los datos del paro cuando son positivos. El Presidente ha anunciado que las cifras del paro y afiliación a la seguridad social de mayo son muy positivos y desconocidos en mucho tiempo. Para ir avanzando cifras, el mejor registro de los últimos años lo encontramos en el 2005 con una bajada del paro de 88.550 personas. La próxima semana conoceremos la cifras exactas.
El segundo punto, ha sido el anuncio de un pack de medidas fiscales, un plan para el empleo y una serie de medidas adicionales que se presentarán en el Consejo de Ministros del próximo viernes, avanzando también que la reforma fiscal se presentará durante el mes de junio, con el avance de la rebaja del 5% en el impuesto de sociedades (sin precisar nada más). Nada más ver el titular, las cifras cantan, dado que Rajoy ha marcado un plan de empleo de 6.300 millones de euros, de los cuales unos 2.670 millones provendrían de la iniciativa privada y 3.630 del sector público "sin aumento del gasto". ¿Por qué hemos esperado tanto tiempo para este plan de empleo si realmente no hay aumento del gasto público? no sabemos más datos por ahora, más allá del titular y de cuatro pinceladas sueltas, pero mucho me temo que "sin aumento del gasto" equivale a las cuentas de trasvase de ingresos y gastos entre las diferentes administraciones para que el plan de empleo salga cero, más que un plan real de coste público cero.
Este trasvase por ejemplo, lo hemos visto con la memoria económica de la tarifa plana de los 100 euros, que según el estudio de Moncloa, lo que se pierde por cotizaciones sociales, entra en caja por la bajada en prestaciones sociales y por imposición directa e indirecta sobre las masas salariales. Es probable que sea así, pero como mínimo, tenemos desfase temporal y diferentes fuentes de financiación para ingresos y gastos y rara vez se cumplen que medidas expansivas sean neutras para las arcas públicas.
El resto de medidas anunciadas, son la modernización de los servicios públicos de empleo, la reforma del sistema de formación y el plan de implantación de la garantía juvenil, junto con otro plan PIVE para la compra de vehículos. En definitiva, a ver por donde salta el próximo Consejo de Ministros, pero un volumen de inversión casi equivalente al primer Plan E de Zapatero, entre el sector público y privado, requiere medidas fuertes para que la inversión privada sea un hecho.
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