Los estímulos para rehacerse del covid, unido a los cuellos de botella por el lado de la oferta, están haciendo saltar el avance de los precios. Según los datos del INE, en el mes de octubre la tasa de variación anual del IPCA se sitúa en el 5,4%.
Desde el punto de vista europeo, la inflación general del Índice Armonizado de Precios al Consumidor (IAPC) ha ido a más... Del 2,2% en julio al 3,0% en agosto y al 3,4% en septiembre, la inflación alcanzó su nivel más alto en 13 años.
Hay que tener en cuenta que el objetivo del Consejo de Gobierno de mantener la inflación de la Eurozona por debajo, pero cerca del 2% a medio plazo. Debido al diferencial existente ¿debe el BCE iniciar una lucha contra la inflación?
El BCE debería combatir la inflación, pero ¿qué pasará si el BCE decide ir por este camino?
Bancos centrales como la Reserva Federal se están moviendo ya para atacar a la inflación con la retirada de estímulos en noviembre, mientras que el BCE cerrará su programa de compra de bonos pandémicos en el primer trimestre del próximo año, pero no prevé aumentos en las tipos de interés en 2022.
La sinergia de una elevada inflación frente a la moderación del crecimiento económico plantea ciertos dilemas para las autoridades monetarias. Se debe consolidar el auge monetario el suficiente tiempo para garantizar el crecimiento y revertir el impacto con el covid, pero no tanto como para que los precios no se puedan manejar.
Y ese es el riesgo, que la inacción del BCE nos lleve a un escenario de una mayor inflación y menores tasas de crecimiento, lo que significaría estanflación, la combinación de estancamiento e inflación. De hecho, el BCE ha fracasado en sus intentos para imprimir crecimiento y la inflación no ha dejado de subir en los últimos meses.
Pero esta vez es diferente... **para el BCE, hay que seguir bombeado crecimiento como sea. El crecimiento económico se está deteriorando y sus expectativas van a la baja. La política monetaria está encaminada a intentar fortalecerlo. De subir los tipos de interés, la autoridad monetaria entiende que se pondría un palo en las ruedas en un momento en este momento clave.
Pero una política monetaria restrictiva con subidas de tipos evitaría cualquier riesgo de inercia inflacionista.
Es más, haría que ese ahorro que se ha acumulado durante la pandemia no se sumará al gasto existente vía consumo privado. Se premiaría al ahorro y se canalizaría hacia la inversión para incrementar la productividad. Esa sí sería la vía para salir de un crecimiento raquítico.
Subir los tipos encarecería las hipotecas a tipo variable pero eso mejoraría los márgenes bancarios que han sido hundidos en los últimos años. Hoy existe un evidente riesgo bancario. En un entorno de tipos de interés bajos que ha prevalecido durante los últimos años, la prima de asumir el riesgo de tipos de interés ha mostrado una tendencia a la baja. Al mismo tiempo, los bancos con escasa rentabilidad han intensificado su transformación de vencimientos es decir, asumen más riesgo.
Riesgos de dejar la inflación seguir su curso si subir tipos
Es muy probable que el BCE mantenga su política monetaria altamente laxa durante varios años, ya que mira más allá de un aumento a corto plazo de las tasas de inflación y se centra en asegurar la recuperación económica.
Dejar que la inflación corra tiene un gran beneficiario: los agentes económicos apalancados. Y recordemos que los Gobiernos no han hecho otra cosa que endeudarse en las últimas crisis. Por lo que existen claros incentivos en dejar correr la tensión en los precios.
Si la inflación sigue, será un ataque en la línea de flotación de ciertos grupos sociales: fuerza laboral con elevado desempleo que no puede ver un incremento salarial para compensar, ahorradores o jubilados cuya renta pueda perder poder de compra ya que suelen estar invertidos en bonos y su pensión depende de la actualización de la pensión.
Hoy en día tenemos el euribor a doce meses en negativo. Aquellos que se vean con una hipoteca a tipo variable se verían perjudicados frente a los que la ostentan una a tipo fijo que con euros devaluados afrontarán la cuota hipotecaria.
En términos de país, si el BCE sigue utilizando la política monetaria laxa para reducir los diferenciales de tipos de interés entre los países del euro más y menos solventes se seguirá por la vía de la distorsión de la percepción del riesgo país.