Donald Trump a golpe de Twitter tiene a los fabricantes de coches sin dormir bien, y todavía no es presidente. El próximo presidente de los EEUU (y hombre más poderoso del mundo), no sólo quiere poner un muro para frenar la inmigración desde México, sino que también quiere cerrar las importaciones.
Los coches son algo que llama mucho la atención, en EEUU es muy habitual tener uno o más en la familia, son compras grandes e importantes que se hacen pocas veces en la vida. También están muy integrados en la cultura americana y son un orgullo nacional. Henry Ford o Lee Iacocca son héroes parte de la historia y del sueño americano. Con lo cual llamar ponerlos en el punto de mira no es difícil.
México, potencia automotriz
Para que nos pongamos en situación, en México lleva habiendo una industria automotriz durante muchos años. Desde los años 60 Volkswagen lleva fabricando coches en su fábrica en Puebla, empezando con el tradicional Beetle o Vocho como se le conoce allí hasta la fábrica moderna, que fabrica varios modelos (entre ellos el nuevo Beetle).
A Volkswagen se le han ido uniendo fabricantes de todo el mundo. De Norteamérica tienen Fábricas los tres grandes (Chrysler, Ford y General Motors), pero también fabricantes japoneses como Mazda, Nissan o Toyota o los coreanos Hyundai y KIA. Los fabricantes europeos también son parte de esta fiebre Mexicana. BMW y Audi fabrican en México, Daimler ha llegado un acuerdo con Renault-Nissan para fabricar compactos Premium de las marcas Mercedes e Infinity.
Muy pocos fabricantes relevantes a nivel mundial no tienen presencia en México. Y es que México se ha convertido en el séptimo fabricante mundial de autmóviles y cuarto importador. Los tres millones y medio de unidades que produce anualmente están por encima de los dos millones y medio de España o de Francia.
Detrás de los fabricantes han ido los proveedores, de todas las partes del mundo. Por ejemplo Hyundai Movis, Pirelli, Goodyear o incluso la española Gestamp. Pero eso no significa que los coches sean completamente mexicanos con la tecnología de fabricantes de otros lugares, aceros, plásticos y otros componentes son importados desde EEUU para fabricar los coches.
Aproximadamente el 40% de un coche made in Mexico, ha sido fabricado en EEUU (esto no implica que la fabricación de todos los componentes de un coche made in USA hayan sido fabricados en EEUU). Es decir, una reducción de la producción de coches mexicana, reduciría la producción industrial de EEUU.
Por supuesto uno de los motivos detrás de producir en México es que los sueldos son más bajo y el acuerdo comercial de América del Norte o NAFTA que Trump ha criticado. Pero si un empleado Mexicano de la industria automotriz cobra menos que otro en EEUU, tiene un sueldo bastante más alto que la media de su país. Además los acuerdos comerciales permiten a México acceso sin aranceles a sus coches a 44 países que suman el 60% del PIB mundial y el 47% del mercado mundial de automóviles, siendo EEUU sólo el 9%.
Eso sí, México no es el mayor importador de coches a EEUU, sino que se importan más coches de Alemania, Japón o Canadá. En cambio no se ha dicho nada por parte de Donald Trump respecto a estos países. Ni tampoco ha comentado nada sobre su gusto por los coches importados.
Trump en contra de fabricar en México
Donald Trump criticó a los fabricantes norteamericanos por fabricar en México a menores costes laborales. Por ejemplo criticó en su momento que Ford fuera a llevarse la producción de modelos como el Focus o el C-Max a México. Ford tuvo que contradecir anunciando que no era por ahorrar coches, sino por liberar espacio en sus cadenas de producción para todoterrenos como el Ranger o la reedición del mítico Bronco.
Además de en el debate, ha criticado a Toyota, que pretende fabricar en México el Corolla. También a General Motors por el Chevrolet Cruze. En los tres casos son coches compactos, con un tamaño relativamente pequeño para lo que se ve en las carreteras de EEUU. A Toyota y GM les ha amenazado con que tendrán que pagar una Big Border Tax, que entenderemos como un arancel.
Pero en el caso del Cruze, según General Motors de los 190.000 Chevrolet Cruze sedán vendidos en EEUU, la mayor parte de ellos han sido fabricados en EEUU en Lordstown Ohio, sólo 4.500 fueron fabricados en México donde se fabrica para los mercados internacionales. Por otro lado, es cierto que a partir del 2017 en esta fábrica se ensamblarán otros modelos, según la misma GM.
Los fabricantes empiezan a cancelar proyectos y la tensión crece
Las amenazas de Trump están empezando a tener efecto. Ford ha cancelado sus planes de fabricar coches en San Luís Potosí, aunque según Ford esta decisión de cancelar la inversión de mil seiscientos millones de dólares no tiene que ver con Trump. Por otro lado los proyectos en esta localidad de Gooyear y BMW, que pretende fabricar el Serie 3 sedán ahí, siguen adelante. Ford afirma que añadirá más puestos de trabajo en Michigan.
No obstante las palabras de Trump no están gustando fuera de sus fronteras, y no sólo en México, sino en Tokio. El gobierno japonés ha afirmado que aunque Toyota es una empresa privada la apoyarán y que debe de ser su reconocido su esfuerzo por crear empleo. Personalmente ya he hablado alguna vez de las plantas de Toyota en EEUU y creo que son bastante ejemplares.
De momento los planes siguen, pero habrá que ver si una vez en los Estados Unidos Donald Trump cumplirá sus amenazas y cambiará el orden jurídico del NAFTA (y de los otros acuerdos comerciales que ha ido lanzando Obama, como el Transpacífico). También si los aranceles serán tan altos como para obligar a los fabricantes de EEUU y de otros países replantearse sus cadenas de producción.
Por otro lado, es muy posible que Trump afloje los requisitos medioambientales que se le ponen a los fabricantes, por lo que estos no están del todo descontentos con el futuro presidente, como señala USA Today.
De momento, es muy probable que los estadounidenses tengan que pagar mayores precios por sus coches, especialmente si dejan de fabricarse en EEUU. Otra opción a tener en cuenta, es que si no pueden fabricar en México, los fabricantes seguirán automatizando sus plantas con nuevas tecnologías (pensemos en más robots e impresoras 3D). Para empezar Tesla, el fabricante de coches más joven de EEUU no quiere trabajadores en sus fábricas. ¿Qué podrá ofrecer Trump entonces?
En El Blog Salmón |
Más información | The New York Times
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