Recientemente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicó los datos relativos al comercio electrónico en nuestro país durante el segundo trimestre de 2015 y la conclusión no deja lugar a dudas: el comercio electrónico no para de crecer en nuestro país.
En concreto, durante el segundo trimestre del pasado año el incremento fue del 27 % en tasa interanual, hasta alcanzar los 4.945,9 millones de euros. Extrapolando datos, el tamaño del mismo rondaría ya los 20.000 millones de euros anuales, seis veces más que en 2007. De esta forma, el comercio electrónico suma ya 24 trimestres consecutivos de ascensos por encima de los dos dígitos, es decir, seis años creciendo por encima del 10 %.
El saldo neto exterior (la diferencia entre lo que se compra desde el extranjero a sitios webs españoles y lo que se compra desde España al extranjero) arroja un déficit de 1.034,2 millones de euros. Esto es así debido a que el 40 % de la facturación total correspondió a compras efectuadas desde España hacia tiendas online en el extranjero; mientras que sólo el 20 % de las operaciones fue en sentido contrario. Además, por número de transacciones, el 47,5% de las compraventas se registran en webs españolas y el 52,5% en webs del extranjero.
Por sectores, las agencias de viajes y los operadores turísticos registraron los mayores ingresos, con el 19,6 % de la facturación total. El segundo sector con mayores ingresos fue el transporte aéreo, con el 14,3 %. En tercer lugar nos encontramos con las prendas de vestir, con un 6 % del total de facturación.
Creo que no queda ninguna duda de que el ecommerce en España, que ya gozaba de las mejores perspectivas de crecimiento del continente, seguirá creciendo en nuestro país durante los próximos años y restándole protagonismo al comercio de toda la vida. Esperemos que las pequeñas empresas que aún nos se han aventurado a vender online se sumen pronto a esta forma de negocio. De lo contrario, mucho me temo que el mercado podría dejarlas obsoletas.
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