La industria del automóvil sueca está en manos de fabricantes chinos. Esto no parece demasiado malo para los suecos de momento, que salvo alguna excepción, están acostumbrados a ver a su industria automovilística en manos extranjeras. Volvo fue adquirida por Chery en 2009 a Ford, y Saab el año pasado había pasado por las manos de Spyker (holandesa), pero antes estaba en manos de General Motors.
Desde la crisis Ford se planteó el salir adelante sin ayudas del tío Sam (léase nacionalización). Chrysler por otro lado fue rescatada por el gobierno americano y ahora se ha fusionado con Fiat formando el Fiat Chrysler Auto Group por un lado y General Motors vendió sus activos a la nueva General Motors, que no deja de estar en manos de Obama. En cambio Ford decidió salir por su cuenta e hipotecando hasta la marca salió adelante. Eso tuvo varios sacrificios, entre ellos vender Volvo a Chery, algo que al principio despertaba incredulidad.
Dudo que nadie opine que la operación ha sido mala para ninguna de las partes. Volvo está ofreciendo un marketing agresivo y sacando nuevos modelos, Ford por otro lado obtuvo efectivo que necesitaba urgentemente, los suecos vieron la continuidad de la marca y de los puestos de trabajo en Suecia.
SAAB enchufada al dinero chino
SAAB por su parte fue dejada caer por parte de GM, hasta que apareció Spyker que no consiguió reflotarla. Los activos fueron comprados por una empresa llamada National Electric Vehicle of Sweden (NEVS) de capital chino. NEVS pertenece en un 78% a una energética china y en un 22% a la ciudad de Quingdao.
Aunque NEVS/SAAB ha reanudado la producción de vehículos de combustión, su objetivo es la fabricación de vehículos eléctricos, de los cuales SAAB ya tenía algún prototipo hace tiempo. De hecho ya se ha fabricado una preserie de 200 coches que han sido enviados a Quingdao, allí les instalarán las baterías y los probarán en las carreteras.
Los coches eléctricos llegan a China en un buen momento. Es justo ahora cuando está despertando la conciencia medioambiental. Eso se ve no sólo en en unas pocas personas, sino también en la población que empieza a hartarse de vivir bajo una nube de contaminación. Pero la producción de coches no va a ser exclusivamente para china, se supone que en algún momento se verán en otras partes del mundo. De momento los suecos interesados en un SAAB fabricado por NEVS tienen que hacerlo por Internet.
Comprar un fabricante premium
Comprar un fabricante en problemas no es sólo adquirir una marca, también se adquiere una fábrica, patentes, una red de distribución y “know how”. Pero esto no son los suecos los únicos que han sido adquiridos por fabricantes chinos, recientemente el fabricante de coches híbridos Fisker ha sido adquirido por uno de los mayores fabricantes de piezas del mundo: Wanxiang.De momento sólo tienen un modelo, el Karma, pero se espera el lanzamiento de otro, el Fisker Destino.
Por supuesto no debemos de hablar de la alianza entre Peugeot y DongFeng. El segundo ha invertido alrededor de 750 millones de euros en el primero y va a haber modelos exclusivos de Citroën para las calles chinas dentro de muy poco.
Esta estrategia no ha sido exclusiva de los fabricantes chinos. También hace tiempo que Tata adquirió Jaguar Land Rover a Ford en 2000, que a su vez las había comprado a BMW en 2008. Este es otro caso en el que cualquiera diría que la compra ha sido provechosa para las partes. Jaguar Land Rover mantiene cierta independencia de su nueva matriz y ha podido lanzar varios modelos de éxito, el principal el Range Rover Evoque, que de un tamaño más pequeño y urbano que el Range Rover de toda la vida (y con unas capacidades inferiores fueras de la carretera) ha hecho las delicias de muchos compradores de coches que buscaban algo diferente en la época del SUV.
Hace relativamente poco nuestros compañeros de Motorpasión se preguntaban si una marca china podía ser premium. Es decir, al nivel de Audi o de Lexus. Si los japoneses lo habían conseguido ¿porque no los chinos? La conclusión a la que llegan es que aunque no ahora, sí en unos años, aunque comentan el caso de Volvo. Para mí la cuestión de tiempo es relativa, dado que han demostrado que son capaces, con Volvo, de mantener el prestigio de una marca cuando la controlan ellos. SAAB todavía tiene un nombre y Fisker se lo está haciendo.
Pero no quedan muchas marcas premium que no hayan sido adquiridas o que sean fáciles de comprar, ya que la mayor parte de ellas están integradas en grandes grupos del motor, justo lo que quieren ser los fabricantes chinos.
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