El pasado martes tuve ocasión de acudir a la rueda de prensa que daban Siemens e InOutTV con un doble motivo: presentar su nueva gama de productos para el TDT y para escenificar la renovación de la alianza que suscribieron hace un año. Y es ésta alianza la que quería comentar aquí, porque me parece un ejemplo estupendo de "matrimonio de conveniencia" empresarial.
Veamos, por un lado Siemens es una compañía tecnológica de gran tradición y prestigio... que como todas las compañías tecnológicas de gran tradición y prestigio se enfrentan a una amenaza muy fuerte, procedente sobre todo de Asia. Y es que allí se fabrican productos que, si bien es posible que con una tecnología y/o calidad inferior (aunque probablemente el diferencial sea mucho menor del que a las Siemens del mundo occidental les gustaría), colocan sus productos a unos precios imbatibles en el mercado. Mientras tanto, las compañías occidentales tienen que soportar los costes derivados de la investigación tecnológica y de sus redes comerciales, por lo que sus precios siempre son más caros. Y la masa de consumidores en general no pone en valor esas cosas, por lo que no acepta el diferencial de precio y acaba yendo a los productos baratos. Del otro lado está InOutTV. Se trata de una compañía que lo que hace es producir un software y trabajar en el enriquecimiento de los contenidos de las señales de TDT. Así, por ejemplo, mantienen las guías de programación actualizadas cada media hora, añaden etiquetas a los programas para que su software pueda identificarlos, marcan distintos momentos de una emisión para que el usuario pueda acceder a ellas por separado una vez grabadas o añaden información relativa al contenido de los programas. Un servicio interesante, pero difícil de vender por sí mismo, y que necesita una masa crítica para ser rentable.
¿Y qué han hecho? Pues unirse en empresarial matrimonio. Así, Siemens consigue que sus aparatos tengan, además del presunto valor añadido en tecnología y calidad que les da la marca (pero que tiene una apreciación limitada por parte de los usuarios), un valor adicional derivado del servicio de InOutTV, que proporciona una experiencia de usuario muy mejorada respecto a productos de la competencia. Y, por su parte, InOutTV coloca su software y sus servicios añadidos a un porcentaje elevado de los consumidores, de la mano de una de las empresas reconocidas en el mercado, logrando así una visibilidad y una presencia en el mercado que difícilmente podrían haber logrado por sí mismos.
¿Quién gana? Probablemente, los dos. Por eso estaban las dos partes tan contentas renovando su acuerdo; unos consiguen masa crítica para su negocio y otros consiguen un arma para defenderse, al menos temporalmente, del acoso oriental.