Al enemigo ni agua, sostuve en una conversación. Y mi interlocutor añadió la coletilla de y polvorones en el desierto, suplemento este que no había oído en mi vida, pero que me hizo mucha gracia. Refleja muy apropiadamente el talante cainita español. Pero es que últimamente nos estamos pasando de rosca, y los polvorones se entregan hasta caducados, a ver si acaba de deshidratarse de una diarrea.
Soy lector habitual de muchos medios, de muy distinto signo. Entre otros de Libertad Digital, en la que encuentro valiosísimos artículos, especialmente en el apartado de opinión de las secciones de economía y de internet. Pero ya es la segunda vez que me encuentro con una fuerte distorsión de la realidad en su crítica al Gobierno. Me duele porque, al igual que en el caso anterior, la noticia,sin ningún tipo de retoque ya era suficientemente indicativa del momento que vivimos.
Libertad Digital titula: La creación de empresas se desplomó un 40 por ciento en marzo. Pero cuando se pone a leer la noticia se encuentra con lo siguiente:
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en marzo se crearon en España 9.575 sociedades mercantiles, el 40 por ciento menos que en el mismo mes del año anterior, mientras que el importe de los efectos de comercio impagados aumentó más de un 60 por ciento.
Para empezar, los términos de empresa y sociedad mercantil no son sinónimos, al menos en nuestro Derecho. En España existen multitud de empresas explotadas por personas físicas, por empresarios individuales, que no recurren a las sociedades mercantiles, que son fundamentalmente la Sociedad Anónima y la Limitada. Eso por no hablar de aquellas sociedades no mercantiles que desarrollan actividades empresariales como las sociedades civiles, comunidades de bienes, cooperativas. En resumen, hay muchas empresas que no se desenvuelven a través de sociedades
Pero es que por otro lado no todas las sociedades mercantiles se corresponden con un proyecto empresarial. En España se han constituido multitud de sociedades cuyos fines son patrimoniales, para nada empresariales. O que decir de las sociedades creadas para dejarlas en el congelador. Por último, y creo que tiene una especial incidencia en el fortísimo bajón detectado, en el mundo inmobiliario una misma empresa suele operar a través de distintas sociedades para cada promoción. Empresa realmente hay una, pero se constituye una única sociedad para cada promoción. Evidentemente, ante un cambio de ciclo inmobiliario, esto desaparece. Ahí tendrán una buena parte de la explicación al dramatismo de la cifra.
Es evidente que las cosas están mal. Algunos acaban de darse cuenta de un modo que llama poderosamente la atención. Podrían haberse agarrado especialmente a un dato tan poderosos como el crecimiento de los impagados. Pero como decía Randolph Hearst, no dejes que la realidad te estropee un buen titular.
Todo para al final acabar coincidiendo, en torpeza, con los socialistas extremeños. Quien se lo iba a decir a los lectores de Libertad Digital. Vía | Libertad Digital
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