Cada vez me encuentro más reflexiones que apuntan a que los altos precios del petróleo son una oportunidad para de una vez por todas lograr solucionar nuestros problemas energéticos. ¿A qué problemas me refiero? Pues principalmente a que para que se mantenga un crecimiento económico mundial sostenido necesitamos aumentar nuestro consumo energético.
Con un petróleo caro otras fuentes de energía empezarán a ser interesantes, y se invertirá dinero en mejorar dichas fuentes de energía. Es inversión puede hacer que bajen los precios de estas "energías alternativas" y dejemos de depender del petróleo. Esto es, desde luego, una visión muy optimista sobre el tema.
Por ejemplo, puede que no sea posible tener unas fuentes de energía más baratas que quemar combustibles fósiles a precios de los noventa. Puede que la energía, una vez que se agotan las fuentes de petróleo o que la demanda de los países en desarrollo se dispara, tenga que ser mucho más cara de lo que ha sido durante casi todo el siglo XX. En ese punto habrá que invertir en lograr bajar nuestro consumo, lo que sí que traería grandes cambios en la forma de comportarnos.
Desde luego es un debate interesante, pero no hay que negar que los cambios siempre traen periodos de incertidumbres. Y si hay algo que no gusta a las economías es la incertidumbre: las inversiones se retraen. Por tanto yo no soy tan optimista sobre las consecuencias de los altos precios del petróleo.
Vía | Fernando Plaza Blog En El Blog Salmón | La tercera crisis del petróleo ha llegado