Parece que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha dado cuenta de que los españoles cada vez consumimos más productos por Internet y ha elaborado un estudio en el que abre la puerta a una medida que, de aprobarse, puede desencadenar una verdadera guerra en el sector farmacéutico.
En dicho estudio acerca de la distribución minorista de medicamentos en España, Competencia abre la puerta a que se puedan adquirir fármacos con y sin receta por Internet, siempre y cuando la venta se lleve a cabo por un técnico competente en la materia, aunque no especifica lo que entiende por “técnico competente”.
Pero no solo habla de la venta por Internet, también propone que se puedan vender medicamentos en otro tipo de establecimientos, pues, según Competencia, la regulación actual de las farmacias da lugar a restricciones de acceso, propiedad y ejercicio de la actividad de distribución de fármacos, las cuales tienen un impacto negativo para la competencia del mercado, perjudica a los pacientes y consumidores y reducen el bienestar general, entre otras perlas.
Unas palabras que no han debido sentar nada bien a los farmacéuticos, que de este modo podrían ver amenazado su tradicional modelo de negocio, ya que si podemos comprar medicinas por Internet, ¿para qué ir a una farmacia?
¿Fuego abierto para comenzar la legislatura?
Si estas consideraciones se toman en cuenta, puede que el sector viva un inicio de año y de legislatura calentito, pues si los farmacéuticos se ponen en pie de guerra, el nuevo Gobierno va a tener que esforzarse para calmarles, pero, a la vez, hacer caso a la CNMC.
Porque lo dice Competencia no es ninguna locura. Poder comprar medicinas por Internet facilitaría la vida de muchos enfermos crónicos que no pueden salir de su casa y no tienen a nadie que les recoja las medicinas. O poder comprarlas en otros establecimientos no haría que perdiésemos tiempo muchas veces para poder encontrar la farmacia de guardia cuando tenemos una urgencia por las noches.
Se trata de facilitar la vida de la gente y, sobre todo, de los enfermos. Además, en la era de Internet es incomprensible que los fármacos no se puedan comprar de forma online.