La situación financiera de miles de familias españoles deja bastante que desear. Sueldos bajos, excesivo endeudamiento, poca cultura financiera, nula capacidad de ahorro, mala gestión del dinero... Podríamos pasarnos horas debatiendo las razones que provocan esta situación, pero no lo haremos. O al menos, no en esta ocasión.
El objetivo de este artículo es diferente. En él explicaremos cómo la mayoría de estas familias podrían revertir su situación, cancelar sus deudas y empezar a ahorrar e invertir. Para ello, nos basaremos en los siete pasos del método propuesto por Dave Ramsey en su libro La transformación total de su dinero (disponible en Amazon).
Sobra decir aquí no hay píldoras de autoayuda del todo a cien. Tampoco se trata de ninguna fórmula mágica con la que convertir a un mileurista en millonario de la noche a la mañana, sino de un sistema que con constancia y esfuerzo, mucho esfuerzo, te lleva de la mano desde la mediocridad hasta la estabilidad y la libertad financiera.
1. Ahorra 1.000 euros lo más rápido que puedas.
Todo el mundo está expuesto a que un imprevisto ponga patas arriba su economía doméstica. Una avería del coche, una enfermedad, la rotura de un electrodoméstico... Si esto ocurre y no hay ahorros, ¿de dónde sacamos el dinero para pagarlo?
Como incurrir en deudas no es una opción, el primer paso hacia la salud financiera consiste en ahorrar una cantidad simbólica de dinero: 1.000 euros. El objetivo de este pequeño fondo de emergencias es evitar que contraigamos nuevas deudas. No resolverá problemas económicos graves, pero sí ayudará a afrontar gastos inoportunos.
¿Y cómo ahorrar 1.000 euros si el sueldo no da ni para llegar a fin de mes?, te preguntarás. Desde luego, no lo conseguirás con excusas.
Vende cosas que apenas uses en Wallapop, da algunas horas extras en tu trabajo, haz algún trabajo por horas durante el fin de semana... En situación de guerra se toman decisiones de guerra. Con esfuerzo y creatividad todo el mundo debería ser capaz de generar 1.000 euros extras.
2. Cancela tus deudas con el plan de la bola de nieve.
Es el paso más complicado de todos; el que más tiempo requiere y el que exige un mayor sacrificio. Para empezar, deberás hacer una lista de todas tus deudas ordenadas de la más pequeña a la más grande.
El método de la bola de nieve consiste en concentrar todos tus esfuerzos en cancelar la deuda más pequeña que tengas. Sólo esa, independientemente del tipo de interés que pagues por cada una.
Cada mes, deberás añadir todo el dinero extra que puedas a eliminar esa primera deuda. Cuando lo consigas, usa el dinero que antes pagabas por ella en cancelar la segunda deuda. Una vez lo logres, haz lo mismo con la tercera, añadiendo para su pago el dinero que usabas en las deudas 1 y 2; y así sucesivamente hasta cancelarlas todas.
De lo que se trata es de usar el dinero que queda libre tras el pago de una deuda y utilizarlo en atacar la siguiente. A este método se le conoce como el plan bola de nieve porque la cantidad disponible para cancelar deudas es cada vez mayor, lo que acelera el proceso.
3. Completa tu fondo de emergencia.
Llegados a este punto, deberías estar sin deudas (a excepción de la hipoteca, de la que hablaremos más adelante). Por tanto, tus gastos se han reducido considerablemente. Si tus ingresos no se han visto mermados en todo este tiempo, deberías ser capaz de ahorrar dinero cada mes.
Usarás ese dinero para ampliar el fondo de emergencia de 1.000 euros que creaste en el primer paso. Lo ideal es que este fondo cubra entre tres y seis meses de tus gastos habituales. Por ejemplo, si tu familia tiene unos gastos mensuales de 2.000 euros, tu fondo de emergencia deberá ser de entre 6.000 y 12.000 euros, dependiendo de tu situación personal y de tu aversión al riesgo.
El fondo para imprevistos lo guardarás en un lugar líquido, como una cuenta de ahorro o un depósito bancario. El objetivo no es la rentabilidad, sino que sea accesible en cualquier momento. Ni que decir tiene que solo podrás usarlo para emergencias que no se puedan prever con antelación. Una boda, un vestido de graduación o unas vacaciones no son emergencias.
4. Invierte para tu jubilación.
Cuando llegues al cuarto paso, tu situación financiera ya será mucho mejor que la de la mayoría de la gente que te rodea. Controlas tus gastos, no tienes deudas y has ahorrado una suma importante de dinero. ¿Qué hacer a continuación? Ponte las gafas del largo plazo y empieza a invertir para tu jubilación.
Ramsey proponía en su libro invertir al menos el 15% de tus ingresos (más si puedes) en fondos de inversión y dejar que el interés compuesto y el paso de los años haga el resto. Mi opinión sobre ese tema aparece recogida en el artículo "Estos son los cuatro consejos de inversión que pienso darle a mis hijos". Aquí abajo te dejo el enlace.
5. Ahorra para la universidad de tus hijos.
Pese a que este es un concepto muy de Estados Unidos, donde las universidades son bastante más caras que en Europa, hemos decidido mantenerlo en nuestro análisis, aunque en muchos casos no sea aplicable al cien por cien.
La propuesta de Ramsey, con la que coincido, pasa por evitar a toda costa la deuda. Para ello, debemos ahorrar e invertir de la misma forma que lo hacemos para nuestra jubilación. Si empezamos pronto, cuando son hijos aún son muy pequeños, se puede conseguir una importante suma de dinero a largo plazo.
Por ejemplo, si invertimos 100 euros mensuales durante 16 años y conseguimos una rentabilidad media anual del 8% (aproximadamente la media histórica de las bolsas mundiales), acumularemos 39.300 euros para la universidad de nuestros hijos. Si sólo lo ahorramos y no invertimos, la suma sería de 19.200 euros. Menos de la mitad, haz números.
6. Cancela tu hipoteca.
Somos personas solventes, tenemos ahorros y ya estamos invirtiendo en nuestro futuro y en el de nuestros hijos. Debemos, a continuación, empezar a amortizar hipoteca hasta terminar por cancelarla. Cuenta la leyenda que cuando lo consigues experimentas una paz interior sin igual.
Soy consciente de que esto ya son palabras mayores. La hipoteca es la deuda por excelencia de cualquier familia española, la de mayor importe y la que más años se tarda en eliminar. Pero también es una fuente de intranquilidad, de agobios y, por supuesto, una fuga mensual de dinero que hay que atacar.
7. Crea riqueza.
Sin hipotecas ni deudas de ningún tipo, tu capacidad para crear riqueza se ha multiplicado. Si tu estilo de vida no es derrochador, podrás usar gran parte de tus ingresos en ampliar tus inversiones. Euro que no gastes, euro que va a tu cartera de inversión. Si además te has quitado el "gasto" de la universidad de tus hijos, más dinero aún para invertir.
Con el paso de los años y la acción del interés compuesto, el efecto bola de nieve que usábamos para cancelar deudas ahora lo usaremos para aumentar nuestra riqueza. Que alcances la libertad financiera o no dependerá de muchos factores, ese ya es otro tema, pero al menos habrás construido una economía familiar a prueba de bombas.
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La transformación total de su dinero: Edición clásica: Un plan efectivo para alcanzar bienestar financiero