Como proteger los ahorros de tu vida de hiperinflación y depresión, es un libro por John T Reed en el que explica que debido a las políticas económicas del gobierno de EEUU los EEUU podrían dirigirse a un periodo de hiperinflación o de depresión económica equivalentre a la hiperinflación que asoló a Alemania a principios del siglo XX (y Austria y Hungría) o a la depresión económica de la gran depresión de 1929.
Aunque los sesgos del autor no dejan de verse (el libro es de 2010, actualizado en 2012, y culpa a la administración Obama) y está escrito desde la perspectiva de un estadounidense (haciendo el libro poco útil para el resto de países), es cierto que existe muy poca bibliografía pensada para las finanzas personales en situaciones extremas, como es el caso de la hiperinflación o una depresión económica fuerte (como la que es probable que vivamos debido a la COVID 19).
El libro básicamente se compone de dos partes, una en la que describe como es una crisis económica fuerte estilo las grandes depresiones o la hiperinflación al estilo de la República de Weimar (o más recientemente los ejemplos vividos en Venezuela, Zimbabue o Argentina) y una segunda mitad dedicada a explicar los distintos tipos de activos con los que nos podríamos encontrar ante una situación de hiperinflación o deflación así como cómo sobrevivir una situación equivalente.
Podría suceder mañana
El argumento del libro es que el alto nivel de endeudamiento de EEUU (y de otros países) respecto al PIB podría provocar una quiebra de los Estados Unidos (y posiblemente otros países), que, aunque no hemos visto muchas recientemente, no son tan infrecuentes en la historia desde el Imperio Romano. Incluso países como Argentina que en su momento estuvieron entre los más ricos del mundo en términos de PIB per cápita han acabado provocando crisis de deuda soberana o hiperinflación más tarde. Con lo cual, la hipótesis de la que parte el libro es que tanto EEUU como otros países (en los que incluye a buena parte de la Zona Euro) estarían destinados a una crisis en la que los inversores dejaran de prestar al gobierno de EEUU. Algo que también se teme que nos pueda pasar en Europa.
En esta situación a un gobierno no le quedaría más remedio que tomar dos caminos. Uno sería hacer recortes o incluso hacer un impago en su deuda soberana o combinación de ambas que supusieran una fuerte crisis económica con deflación. La otra opción sería imprimir dinero como hicieron Alemania, Austria y Hungría entre la primera y la segunda guerra mundial, o han hecho otros muchos más países como Venezuela o Zimbabue más recientemente.
Aunque muchas economías serias como EEUU o la Zona Euro tienen muchas disposiciones para evitar que se imprima dinero sin control (como ha recomendado el actual ministro de consumo), es cierto que en la actualidad debido a las políticas de Quantitative Easing de la Fed y de LTRO del BCE se ha aumentado la masa monetaria mucho por parte de los bancos centrales.
En estas situaciones los gobiernos tienden a actuar de modo que suele perjudicar a la población. Además existe un fuerte impacto en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, como puede ser la alimentación o los impuestos. De hecho una frase interesante es que para sobrevivir acaba siendo necesario saltarse la ley, ya que esta impide hacer las cosas que son necesarias (acumular, tener divisa extranjera u oro…) Por último en esta primera parte recomienda seguir los distintos índices de inflación existentes, así como su ajuste a nuestro consumo. Incluso monitorizar y construir uno para ajustarlo a nuestras necesidades.
En la segunda parte el autor comenta sobre los distintos activos que se pueden tener en caso de una situación de hiperinflación y de depresión económica, recomendado unos y recomendando deshacerse de los otros antes de que una situación extrema en la economía pudiera venir.
Activos no recomendados
- Bonos: especialmente porque a un rendimiento fijo bajo hiperinflación su valor al vencimiento sería casi nulo, una excepción podrían ser los bonos indexados a la inflación o TIPS.
- Acciones: porque no queda muy claro que podría suceder en una situación de estas (aunque no es el peor activo que se puede tener).
- Oro: aparte de por sus evoluciones de precio (por ejemplo en 2012 no tenía un poder adquisitivo equivalente al de su pico en 1980) porque puede que sea requisado por las autoridades (como ya hizo Franklin Delano Roosvelt en 1933 con la orden ejecutiva 6102). Si reconoce la ventaja como que contiene alta densidad de valor.
- Otras materias primas: aquí no se siente tan reticente como en el oro, recomendando monedas de EEUU de pequeña denominación de antes de 1965 que tienen un alto contenido en plata.
- Depósitos bancarios: los no asegurados por el FDIC (equivalente al FGD español) serían más arriesgados todavía en caso de una crisis que hiciera quebrar entidades bancarias. En el caso de España lo hemos visto con las participaciones preferentes de las Cajas de Ahorro.
- Planes de pensiones y equivalentes: porque pueden ser poco líquidos y porque se han llegado a intervenir por algunos estados en necesidad de liquidez para el sistema público de pensiones.
Activos recomendados
- Todo lo que vayas a necesitar a lo largo de tu vida: como comida de larga duración, jabón, cuchillas de afeitar, etc. Bajo estas circunstancias en deflación nos podríamos encontrar que hemos pagado de más, pero en hiperinflación no nos afectaría tanto el incremento de precios. Si reconoce que es bastante complicado, como la comida que acaba caducando.
- Propiedades inmobiliarias: son una cobertura a largo plazo, dado que su valor de uso permanece (especialmente para la primera vivienda). Un propietario hipotecado se encontraría fuertemente beneficiado en una hiperinflación si sus ingresos aumentan al mismo ritmo, ya que su deuda se reduciría a casi nada. No obstante, no solucionan el problema a corto plazo.
- Explotaciones agrícolas: los granjeros lo pasaron mucho mejor en la gran depresión tras el crack de la bolsa de 1929 y también en la hiperinflación de Austria.
- Activos para trueque: aunque no es recomendable por ineficiente, es cierto que tener productos demandados podría ser útil para obtener otras cosas que necesitáramos. Podrían ser cuchillas de afeitar, calcetines y ropa interior, preservativos, comida enlatada, papel higiénico, semillas, sal, etc. Sólo aquello que usemos nosotros, de modo que en el peor de los casos simplemente tenemos suministros para varios años.
- Inventarios de nuestro negocio.
- Divisa extranjera: en bancos de otros países ya que en casa podríamos ser obligados a entregarla. Recomendando aquellos países cuyo ratio de deuda respecto al PIB fuera inferior al 60% y un bajo índice de corrupción por parte de transparencia internacional. Con lo cual quedan Australia, Dinamarca, Canadá, Nueva Zelanda, Suecia y Suiza. Combinado con la posibilidad de salir del país, podría ser el mejor modo de sobrevivir a una crisis hiperinflacionaria.
- Activos que podrían sobrevivir a una declaración de quiebra: por ejemplo en EEUU algunos activos como anillos de boda no pueden ser embargados, por lo que lo óptimo sería comprar uno muy caro y guardarlo en la caja fuerte. No obstante, creo que esta parte no está bien investigada como ya hemos contado por aquí sobre el mantenimiento del valor de la joyería. En España habría que mirar los bienes inembargables según el art 1911 del código civil y el artículo 606 de la ley de enjuiciamiento civil.
En resumen, un libro que trata sobre un evento que podría ser poco probable, pero que también intenta darle soluciones a nivel de nuestra economía familiar. Algo que no es habitual, dado que la mayor parte de los libros de finanzas personales se suelen centrar en situaciones normales y los libros que tratan situaciones extraoridnarias no suelen bajar al nivel de las finanzas personales.
Pregunta a los lectores ¿creen que puede haber una situación de hiperinflación o depresión económica próximamente? ¿Cómo creen que deben protegerse al respecto?