Se trata de un hecho muy frecuente que me repatea el estomago. Me refiero al clásico supuesto de aquellos hijos que se desentienden de sus padres totalmente. Ni visitas, ni hacerse cargo de los mismos, ni echarles un capote económico, ni…eso si, a su fallecimiento hay tortas por la herencia, ya que claro, son sus hijos y en su mente solo cabe el que tienen DERECHO a ella. Es vomitivo, y como digo algo bastante habitual.
Y, sin embargo, uno se da cuenta de que tienen muchas veces sus defensores. Me refiero a aquellos que claman contra el pago en las residencias públicas. Te encuentras con ancianos que, si bien tienen un amplio patrimonio inmobiliario, su liquidez es mínima, incapaces de poder afrontar el coste de la residencia, por mucho que esta sea pública. Y, ante el reconocimiento de deuda, para que luego sea cobrada los herederos, partidos generalmente de izquierdas, protestan airados. Ciertamente su postura es muy graciosa.
Resulta que son los mismos partidos que apuestan por el mantenimiento del Impuesto de Sucesiones. Por tanto en principio son partidarios de que por las herencias tribute todo el mundo. Pero aquellos, que se hayan quedado con su padre en casa, que no hayan cargado al Estado con el coste de una plaza de residencia, serán mucho más tontos que los que le hayan colocado un residente más. No habrán tenido ese coste y fiscalmente estarían en igualdad de condiciones. Y hablo solo de consideraciones financieras, y no éticas.
En el fondo, lo que aquí se esta tratando es que todo el mundo tiene derecho a trincar y a disponer de unos bienes que no son suyos. El Estado tiene derecho, los herederos que aún no lo son también tienen una expectativa de derecho,...todos menos el propio titular de los bienes. Afortunadamente, los tiempos están cambiando, y a través de fórmulas como la hipoteca inversa, los vitalicios y otros productos, están ayudando a que esto cambie. Y a que las herencias mengüen, pudiendo disponer en vida del fruto de sus ahorros y esfuerzos. Esto es especialmente importante en un país como España, donde a diferencia de otros como Alemania, el grueso de los activos en los que se materializa el ahorro para la jubilación, es muy poco líquido, al estar concentrado en distintos tipos de inmuebles.
Que se me entienda, por favor. No estoy, como otros, en contra de las herencias. Prescindiendo de si son motivadoras o no socialmente, lo más importante para mi es que suponen la ultima manifestación de un derecho fundamental, el derecho a la propiedad privada (demasiado lastrado a mi juicio en Derecho español por las legítimas). Ya esta bien de buitres que quieran apropiarse del mismo.
Vía | Francisco Hernández-Marcos
Más información | New York Times, El Correo
Imagen | Ceasol