En casi dos décadas los españoles estamos ahorrando menos. Según el Banco de España (BdE), los hogares conservan el 5,7 por ciento de sus rentas cada mes, la menor tasa que se ha observado desde que entró en vigor el euro.
El incremento de los ahorros, junto a medidas que desincentiven el consumo, son esenciales para preservar el sistema de pensiones.
Nos podemos preguntar: ¿Cómo puede afectar este descenso en el ahorro al futuro de los hogares?
La tendencia ha cambiado hacia un mayor consumo
A finales del año 2009, un familia estaba ahorrando en España, de media, el 13 por ciento de su renta. Una cifra que durante estos años de crisis ha ido disminuyendo por el cada vez más pronunciado descenso de los salarios y la incertidumbre del mercado laboral, y que ha continuado durante años tras la implantación de la política monetaria desde el Banco Central Europeo (BCE).
Parece que la tendencia ha cambiado hacia un mayor consumo, especialmente hacia bienes de consumo duradero y de alta implicación, que los hogares han evitado durante los años más duros de la crisis económica.
Tras estos últimos años se ha ido recuperando la confianza en la economía y ha disminuido el número de parados, aunque lentamente y en condiciones de alta inestabilidad por la temporalidad, en España explica este aumento de este comportamiento.
Las familias dejan ser prestamistas netos de la economía
Según el Banco de España (BdE) debemos ir con cautela, ya que el nivel de endeudamiento de los hogares españoles también es menor, lo que justifica esos altos niveles de ahorro para pagar los intereses y préstamos que se concedieron antes de la crisis.
Sin embargo, se puede ver que la liquidez que existe ahora mismo en el sistema está próxima a desaparecer y que los desequilibrios estructurales, como el déficit público español o el envejecimiento de la población, provocaran muchas complicaciones al futuro de los españoles.
Un buen indicador de la confianza de los españoles es la inversión que realizan en vivienda. Aunque se ha relajado durante estos últimos años, los españoles continuan mirando al mercado inmobiliario a la hora de realizar sus grandes inversiones.
El gasto en viviendo se ha incrementado un 8,3 por ciento del pasado año, casi 4 puntos básicos sobre la cifra que se dio en 2016, y ha desembocado en el siguiente escenario: los hogares necesitan financiar por primera vez desde el 2009. Por tanto, las familias han dejado de ser prestamistas netos al resto de los sectores de la economía, gastan más y ahorran menos.
Fomentar al ahorro para compensar nuestras futuras pensiones
Se debe fomentar el ahorro debido a que el sistema de pensiones existen cada vez más beneficiarios y menos contribuyentes y, por tanto, no va haber para todos en el futuro. Según previsiones del Banco de España, según el nivel de gasto actual, el gasto en pensiones alcanzará el 15 por ciento del PIB en 2050.
Este escenario existen 2 soluciones: reducir la tasa de sustitución y confiar en un mecanismo de revalorización que asegure la sostenibilidad del sistema, y este seguramente no es el IPC.
Lo es que aconsejable es mejor la comunicación hacía las familias para incentivar el ahorro. Especialmente a un colectivo como los más jóvenes, ya que las últimas medidas aprobadas por el Gobierno del PP, como la reforma fiscal del 2014 para mejorar la liquidez de planes y fondos de pensiones, no ha dado el fruto esperado entre este colectivo.
Las familias que se decantan por productos con una mayor rentabilidad, o que simplemente ven el momento de la jubilación demasiado lejos como para empezar a realizar su ahorro. El gran problema es que nadie quiere pagar el pato de hacer una reestructuración del sistema de pensiones.
El sistema de pensiones es uno de los principales pilares del Estado de Bienestar en España, y son millones de familias que lo consideran un derecho fundamental.
Riesgos de fomentar el ahorro entre las familias
Fomentar el ahorro entre las familias es una posible solución para realizar un desvío de los presupuestos que genera el pago de pensiones en los países más avanzados. Sin embargo, también se pueden explorar algunos riesgos y limitaciones que genera este tipo de escenario.
Es decir, un mayor ahorro supone un menor consumo y un menor consumo afecta directamente a diferentes sectores dentro de la economía. Por tanto, se puede considerar que van a generar presiones deflacionistas y, por tanto, se necesitará de más largas y concesivas políticas monetarias, con los grandes riesgos que supone.
Además, algunos analistas piensan en otra alternativa, es realizar este tipo de desvíos en las bases impositivas de la renta y el gasto, hacia los activos y capitales de los hogares.
En El Blog Salmón | El ahorro se hunde y los créditos se multiplican, ¿volvemos a 2007?
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