Según se nos avanza, el Gobierno pretende recaudar en el presente ejercicio a través de los impuestos un 14,3% más que lo recaudado en el pasado ejercicio. Hay algo en esas cifras que no termina de encajar en un contexto en el que no se prevé que se frene la destrucción de empleo, ni se prevé que aumente el consumo interno.
Las medidas a través de las cuales pretenden conseguirlo son: La subida ya aplicada del IRPF, un recorte en las deducciones del impuesto de sociedades y algunas modificaciones en el pago fraccionado, la amnistía fiscal de la que hablábamos ayer, un refuerzo de la recaudación de impuestos especiales a través del tabaco y una lucha más contundente contra el fraude.
Analizadas una a una las partidas de ingresos vemos que:
- Se pretende recaudar un 4,7% más que el ejercicio pasado a través del IRPF. Parece a primera vista un objetivo complicado de conseguir en un contexto en el que a pesar de la subida que ya está en marcha, la destrucción de empleo sigue su curso, y ni el gobierno tiene previsto que se detenga a corto plazo.
- Se pretende recaudar nada menos que un 17,8% más a través del impuesto de sociedades. Sin aumentar los tipos, sólo con la reducción en las deducciones, se ve que el gobierno es muy optimista y prevé que las empresas aumenten considerablemente sus beneficios, o que las deducciones se van a llevar un enorme recorte, estamos hablando de casi 3.000 millones de euros.
- Se estima una reducción de los ingresos por IVA en un 3,3%. teniendo en cuenta el tipo de impuesto que es el IVA, que grava todos los bienes de consumo, esta reducción es un claro síntoma de un menor movimiento de dinero. Esto dificulta la consecución del punto anterior, y lo reduce sólo a la reducción de las deducciones.
- Se espera una reducción de la recaudación a través de impuestos especiales de un 2,9%. A pesar del refuerzo (supongo que mediante de una subida)de lo recaudado a través del tabaco. Lo que tampoco tiene fácil encaje.
- El aumento más importante (en porcentaje no en cuantía) se lo llevan “otros ingresos tributarios” con una subida de un 40,8%. Aquí previsiblemente entrarán esas rentas amnisitiadas, las tasas judiciales y lo que se obtenga a través del la persecución del fraude fiscal.
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Imagen| Fran Carreira