Recurrentemente, vemos una serie de noticias que hacen que el personal se conmueva por unos segundos o incluso de por vida. El último caso, el accidente de Bangladesh y la aparición de etiquetas de marcas españolas en esta fábrica. Este mismo caso, sucede de manera recurrente, dado que las condiciones laborales que hay en estos países no son las condiciones occidentales y en primer lugar, la culpa se desplaza hacia las empresas que contratan esta producción fuera y se pasa muy de puntillas o no se toca siquiera la política de estos países, sus Gobiernos y las propias condiciones sociales que viven a diario.
El argumento que se está usando desde varios frentes es que estas grandes empresas "exprimen y asesinan" a los trabajadores de estos países a costa del capitalismo salvaje depredador. Curioso argumento el que enarbolamos cuando nos vestimos con una camiseta que ha cruzado medio mundo y hemos pagado por ella 5, 10 ó 15 euros, tal y como podemos encontrar en infinidad de almacenes o retails a lo largo y ancho de nuestra geografía. El consumo mayoritario, prefiere vestirse con la sangre de esos inocentes trabajadores asesinados por el capitalismo más depredador, antes que plantearse siquiera en la caja del establecimiento sobre las espaldas de quién se repercute el coste de producción de nuestros precios bajos. Este razonamiento, lo traigo a colación de este artículo de Roger Senserrich, ampliamente criticado y vilipendiado, dado que según Nacho Escolar, la libertad de elección de los trabajadores de Bangladesh se apoya sobre una falacia de falta de opciones. Me parece realmente curioso que se hable de falacias cuando las primeras imposiciones restrictivas las colocan los propios Gobiernos de todo el mundo a todos los niveles y nunca existe una opción libre completamente para ningún individuo en ninguna esfera económica. El argumento de falta de libertad, nos puede servir en ambos sentidos y no por ello, le quita una coma de rigor al artículo de Roger.
Digo que no existe una opción porque estos mismos que despotrican contra estas empresas explotadoras y los comentarios de los artículos citados, son los primeros que no aceptan en absoluto que exista una libertad plena de movimiento de personas y que ven con buenos ojos los controles de emigración en todos los países, son aquellos que prefieren que su "Estado de Bienestar" pagado con los impuestos manchados de sangre, son aquellos que en simultáneo consideran que los ingresos que se obtengan fuera del país en una empresa multinacional y que opere en varios mercados, tienen que tributar todos en su país, porque se enarbola la bandera del nacionalismo y son esos mismos, los que consideran que la autarquía es la mejor fórmula de protección de las fronteras y del mercado laboral y los derechos de los trabajadores.
Derechos humanos y economía van cogidos de la mano y es preferible dejar que los países no tengan desarrollo, que no tengan acceso a los servicios básicos de subsistencia como ocurre por ejemplo en bastantes países de Africa y es preferible pensar que en Bangladesh, sin fábricas explotadoras y asesinas, se vive mucho mejor y que sí se respetan los derechos laborales con un mercado laboral de subsistencia agrícola. Curiosos argumentos que se extraen, sobre todo cuando tapamos nuestras vergüenzas con la sangre de los obreros explotados y vilipendiados por el este capitalismo salvaje y depredador.
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