El mercado laboral en España ha experimentado una mejora con la recuperación del empleo, y es que los datos hablan por sí solos, la Seguridad Social registra mejores números de los que se tenía a finales del 2019. Sin embargo, las horas de trabajo efectivas no llegan a alcanzar los niveles de antes de la pandemia de Covid-19.
En este sentido, la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), reveló que la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, no ha dado todos los frutos esperados. Y es que aunque los datos del número de empleados han subido como refleja la Seguridad Social, las horas trabajadas totales han caído considerablemente.
¿A qué se debe que se trabaje menos pese a existir más empleo?
El Banco de España ha publicado un análisis al respecto y de él se deduce que la bajada de la intensidad laboral es algo que viene sucediendo desde los últimos 40 años, pero que ha experimentado una nueva bajada a partir de la crisis sanitaria. La realidad es que hacen falta 9.000 horas de trabajo más a la semana para poder llegar a los números anteriores a la pandemia.
En 2019, la Encuesta de Población Activa (EPA) registró 639.961 horas trabajadas frente a las 630.197 del último trimestre del 2022. Estos datos suponen un retroceso en la fuerza de trabajo independientemente al aumento de los contratos laborales, ya que muchos de éstos pueden ser de jornada parcial, por horas o por meses.
En este sentido, José Luis Fernández Santillana, director del gabinete de estudios de Unión Sindical Obrera (USO), explica que “las horas trabajadas en el conjunto del año 2022 están por debajo de las que se realizaban en 2019, año prepandemia”. Cifras que hablan de la posibilidad de la precariedad laboral en España.
Fernández Santillana afirma en este sentido que hay más gente trabajando, como así lo muestran los datos recogidos por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) con un total de 7.027.160 contratos indefinidos, pero conseguido mediante diferentes contratos laborales, o en palabras del director de gabinete de estudios de USO “troceando el empleo”. Se ha conseguido aumentar el número de ocupados pero no las horas de ocupación, con menos salario, más pluriempleo y menos cotización a la Seguridad Social.
Bajas por enfermedad
Un tercio de la caída en la jornada semanal se ha debido por el aumento de las bajas por enfermedad, algo que se ha visto incrementado a partir de la Covid-19. Así la tasa de absentismo laboral fue de un 6,2%, superándose la registrada en 2019 que se situaba en el 5,8%. Este porcentaje supone que al día sean 1.269.140 empleados que no acudieron a su puesto de trabajo.
Envejecimiento poblacional y la baja natalidad
Entre las causas desarrolladas, el envejecimiento poblacional supone una de las causas primordiales en el descenso de la jornada laboral, y es que el cambio estructural en la demografía por edades ha tenido un llamativo impacto en la evolución de las horas trabajadas. En los últimos años el envejecimiento demográfico y el retraso en la edad de jubilación han provocado que las jornadas más reducidas sean un hecho.
En línea con esto, el estudio realizado por el Banco de España señala que “de cara al futuro, resulta previsible que el perfil de caída de las horas trabajadas por ocupado se prolongue en los próximos años. El progresivo envejecimiento demográfico ejercerá una presión a la baja sobre la jornada laboral media, a medida que aumente el peso de los trabajadores de más edad en el conjunto del empleo”.
Además, el cambio demográfico también se ve alterado por el marcado descenso de la natalidad española, un hecho que limita la mano laboral futura y que hará que la caída se prolongue en el tiempo.
Otros factores
La jornada laboral media en España se redujo ya entre 1987 y 2019 a 31,8 horas semanales, datos que pueden deberse al progreso tecnológico, ya que éste ha permitido mayor productividad en menor tiempo invertido y también por el aumento de los contratos a tiempo parcial elevándose la parcialidad desde el 5,2% en 1987 hasta el 14,6% en 2019. Esta subida supuso cerca del 40% de la reducción de la jornada de trabajo. En este sentido, son las mujeres las que tienen los horarios parciales.
Otra de las razones sería la incorporación progresiva de la mujer al mercado laboral que se ha visto incrementada en las últimas décadas desde el 30% a principios de 1987 hasta alcanzar el 53,3% en 2019; y el elevado número de jubilaciones para los próximos años. La población mayor de 50 años tendrá una prolongación de la vida laboral marcada por el retraso en la edad de jubilación que se derivará de la reforma de las pensiones y por los incentivos a la jubilación parcial.
España tiene más trabajo pero menos número de horas trabajadas, un hecho que es evidencia de la actualidad del mercado laboral en nuestro país, dejando situaciones de precariedad. No todo son los números sino las causas que nos llevan a tales cifras.