El Estado español recaudó en 2021 la cantidad de 223.382 millones de euros, un 15% más que el año anterior y logrando un hito no sucedido desde al año 2010: cumplir con las previsiones de recaudación marcadas por el Gobierno a principios de año.
Es más, se ingresaron 1.275 millones más de lo previsto, algo de lo que el Ejecutivo se ha valido ante la comunidad internacional para mostrar solvencia económica y buena gestión.
Sobre todo, porque eran una muestra de que la economía española se iba recuperando tras el golpe de la pandemia. Una tendencia que se esperaba extender a este 2022, cuando se preveía un aumento del PIB del 7%, según el cuadro presupuestario del Gobierno.
Algo que estaba fundamentado en que esperaba que el precio del barril de petróleo rondaría los 60 euros, entre otros aspectos. Una previsión muy optimista, porque la guerra (inesperada) ha tirado del precio del petróleo al alza de una forma muy notable, y ahora mismo tenemos el barril de Brent a más de 100 euros.
¿Qué conlleva eso? Que el precio de la energía se encarezca, algo que ya estamos sufriendo todos. ¿Y qué pasa con eso? Pues que todo se encarece y, por tanto, el coste de la vida aumenta. Y si el coste de la vida aumenta y, también el de la producción y la actividad empresarial, se produce un retroceso económico, el cual deja las previsiones del Gobierno en tan solo dos meses y medio desfasadas.
Y esto también afecta a la previsión de ingresos tributarios, que el Gobierno cifró en 279.316 millones de euros, un 10% más que en 2021. Una cantidad que puede verse muy comprometida por la situación económica. Pero el Ejecutivo está sabiendo aprovechar las aguas revueltas del momento para intentar volver a superarse a sí mismo.
Por qué no te van a bajar el precio de la gasolina ni de la energía
El sector del transporte por carretera lleva semanas en huelga por los altos precios de los carburantes, lo que les hace cada vez más difícil ganar dinero por sus portes. Así, la cadena de distribución alimentaria se está viendo duramente comprometida en estos días como no se vio ni en la pandemia, pues muchas fábricas de productores de alimentos han tenido que parar ante la falta de materias primas y la imposibilidad de dar salida a sus productos.
Porque el precio de la gasolina ha sobrepasado los 2 euros por litro, una cota histórica, por la guerra de Ucrania. La mayoría de países europeos están implantando medidas para aliviar a los conductores, bajando precios o bonificando. El Gobierno ha ofrecido a los transportistas una bonificación con un descuento de 20 céntimos por litro y una serie de medidas más por valor de 1.000 millones, pero no serían inmediatas, de ahí que el sector se haya negado a cesar los paros. Además, no tiene intención de bajar ni los impuestos ni ha intervenido el precio.
¿Por qué? Porque está pescando en aguas revueltas, nada menos que tributos. El Estado recauda el 46% de lo que se paga por el litro de gasolina y el 41% del gasóleo, sumando IVA e Impuesto de Hidrocarburos, por lo que con la subida de precios se estima que están recaudando unos 250 millones de euros extra al mes.
Por lo tanto, cuanto más dure esta situación, más recauda, así de simple. Y teniendo en cuenta la previsión de ingresos que tiene este año, si la quiere cumplir, tiene que aprovechar.
En la tabla anterior vemos la distribución de la estimación de ingresos. Fía mucho al IRPF y al Impuesto de Sociedades, pero con las dificultades económicas que ya estamos viviendo, es más que posible que estas previsiones no se cumplan. Por lo que intentará compensar vía IVA.
Veámos ahora su tabla de previsiones de crecimiento del PIB, tanto para España como para el conjunto del mundo. Para el PIB mundial espera un aumento del 4,5% y para el de la zona euro, del 5%.
Para España propone un crecimiento del 7%, la más elevada y optimista del conjunto de principales entidades económicas del país.
Pero la realidad va a ser mucho más dura. El FMI ya prevé que el conjunto mundial crezca un 4% este año, un 3,9% la zona euro, y España, un 5,8%. Y esto fue antes de que estallara la guerra en Ucrania. Por lo tanto, el Gobierno tiene muy complicado cumplir las estimaciones de ingreso vía crecimiento económico.
Por lo tanto, va a intentar aprovechar el alza de los precios de la energía todo lo que pueda. Porque va a ser la manera de seguir llenando la hucha aún a sabiendas de que no alcanzara sus ambiciosas previsiones.
Veremos pues en qué queda todo esto, pero no esperen una rápida caída de los precios de gasolina y luz a corto plazo.