El otro día les explicábamos por aquí que con los tipos de interés firmemente en terreno negativo y el “Quantitative Easing” fallando en crear inflación, los bancos centrales se están quedando sin instrumentos de política monetaria que desplegar.
La última carta que les puede quedar por jugar es lo que se ha dado en llamar Helicopter Money, en honor a Milton Friedman que en su artículo “La Cantidad Óptima de Dinero” de 1969 escribía:
Supongamos ahora que un día un helicóptero sobrevuela esta comunidad y arroja otros 1.000 dólares desde el cielo, que es por supuesto rápidamente recogido por miembros de la comunidad. Supongamos más allá que todos están convencidos de que este es un acontecimiento único que no volverá a repetirse.
Es decir, que se le entregue a los ciudadanos una cantidad de dinero creado por el banco central como forma de política monetaria en tiempos de estancamiento. Ben Bernanke en su época al frente de la Reserva Federal profundizó en la idea,lo cual le ganó el sobrenombre de Helicóptero Ben y puede decirse que fue el causante de que el concepto esté ahora en boca de todo el mundo.
En boca de todos
Porque lo está. Cada vez más, y más, y más economistas, columnistas y comentaristas de las más variadas escuelas están abogando de forma más o menos abierta por el uso de transferencias monetarias desde el banco central a las familias.
El Banco Central Europeo está haciéndose de rogar y enviando señales confusas. Por un lado deja claro que está al tanto de la discusión y podría hacerlo pero por otro lado se esfuerza en asegurar que por ahora “no está encima de la mesa”.
Estímulo fiscal por la puerta trasera
El pasado lunes 11 de abril el ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble echó en público la culpa a Draghi por el ascenso del partido ultraderechista AfD en su país. Acusar al banquero italiano del resurgimiento de posturas cercanas al nazismo en Alemania es algo muy grave, e indica que Schäuble está llegando al límite de su tolerancia con las medidas expansivas del BCE.
A pesar de que oficialmente Alemania niegue que vaya a tomar medidas si Draghi hace despegar los helicópteros, queda claro que estos ataques indican un malestar por el mero hecho de planteárselo. Porque una medida como esa sería una forma de diluir el impacto de la austeridad que el gobierno alemán viene promoviendo, e incluso imponiendo, en toda Europa.
Muchos economistas defienden que los helicópteros no son más que una expansión fiscal tradicional hecha a escondidas por la puerta de atrás. Al fin y al cabo transferir dinero a los ciudadanos es la forma más básica de estímulo keynesiano, y no parece que vaya a influir mucho en las decisiones de compra de las familias si ese dinero procede de una expansión monetaria o de endeudamiento público.
¿O no? El economista Richard Koo, que se ha labrado una sólida reputación por su análisis de la crisis japonesa en términos de una deflación por deuda (pero cambiándole el nombre y "olvidando" mencionar a Fisher, quien la creó), afirma que se perdería la confianza en la moneda y la economía colapsaría.
Por otr lado, si hacemos caso a los economistas de la Teoría Monetaria Moderna (MMT), todo esto es solo medio verdad. Sí, ciertamente un estímulo monetario se parece a una política fiscal expansiva. Pero la política fiscal tiene dos caras, gasto e ingreso, y los teóricos de la MMT dicen que un soberano con la capacidad de imprimir moneda no necesita recaudar para financiar sus gastos, siempre puede imprimir moneda para cubrirlos.
Es decir, que la restricción presupuestaria del gobierno no existe, desvinculando de esta forma las políticas de gasto e ingreso. Esto no quiere decir que el gobierno pueda simplemente insuflar dinero en la economía sin control. La política de ingreso debe estar presente para detraer masa monetaria de la circulación y evitar los efectos perversos que un exceso de demanda puede causar sobre inflación, tipos de cambio o de interés.
Así pues Draghi, que no es un soberano pero puede crear y transferir moneda, puede montarse en su helicóptero y paliar de forma parcial la negativa de los gobiernos europeos a usar sus presupuestos de forma expansiva como se les pide desde numerosos campos, pero nunca podrá estar llevando a cabo una política fiscal íntegra porque le falta al menos una de las patas. Y necesitaría coordinar con los gobiernos la "esterilización" de su expansión a posteriori.
Rebajas impositivas, impuestos negativos y renta básica
Lo que también queda claro en la discusión que se está dando es que la idea de Friedman de que el helicóptero haría una sola pasada por la economía está fuera de discusión. Dado el entorno profundamente deflacionario en el que nos encontramos, es bastante probable que el estímulo deba ser continuado en el tiempo para que haya posibilidades de que se logre el objetivo de 2% de inflación. Así pues nos encontraríamos ante una situación e estímulo sostenido y que, de hacer caso a la propuesta de Bernanke, sería mediante reducciones de impuestos.
Esto, suponiendo que se aplicara de la forma más efectiva posible, podría llevarnos incluso al terreno de los impuestos negativos a la renta. El impuesto negativo, otra idea de Friedman, suponía la extensión hacia abajo de la progresividad del impuesto sobre la renta hasta el punto de que alguien que tuviese ingresos por debajo de un cierto umbral no sólo no pagara impuestos, sino que incluso recibiera dinero de la autoridad fiscal.
El impuesto negativo es considerado por muchos el antecedente intelectual de otra política que está ahora adquiriendo más y más presencia en el debate público: la renta básica, que implica un pago mensual, en lugar de esperar a la declaración de impuestos anual para ajustar ingresos y gastos. La RB está próxima a ser sometida a referéndum por segunda vez en Suiza, ponerse a prueba en la provincia canadiense de Ontario, Finlandia, y parcialmente en la ciudad de Utrecht en Holanda.
Esta conexión entre una medida que parece bastante próxima a tomarse por el BCE y otra que parecía una quimera de algunos académicos hasta hace nada puede sorprendernos. El uso de medidas no convencionales está cambiando la forma de pensar de mucha gente, y quizás veamos una nueva época con sorprendentes políticas impensables hasta hace poco.
Esperemos que para pilotar se pongan una música relajante.
Imágenes | medilldc, INSM, Generation Grundeinkommen