La crisis del coronavirus está lejos de terminarse. Independientemente de si los brotes se descontrolan o no, muchas empresas han sufrido mucho y el Estado debe usar todos los medios disponibles para evitar la destrucción permanente del tejido empresarial.
Entre otras medidas, España está implementando entrar en el capital de las empresas con apuros que lo soliciten, todo ello con el visto bueno de Europa. Y esta es una medida adecuada.
El Estado en el capital de empresas privadas
El Gobierno ha creado un fondo de 10.000 millones de euros con el que podrá entrar en el capital de las empresas con problemas que lo soliciten. Para ello las empresas tienen que tener un plan de viabilidad y los problemas haber surgido desde la crisis del coronavirus, no antes.
El Estado tomará participaciones a través de la Sepi y no intervendrá en la toma de decisiones ni votará en los Consejos. Si la empresa es cotizada el Estado no tendrá que lanzar una OPA si entra con una participación superior al 30%.
Es decir, el Estado ayudará a las empresas que en estos momentos necesitan capital pero que cuentan con un plan de viabilidad. Y la entrada en el capital no interferirá con la gestión de las empresas.
Normalmente no es una buena idea
Este tipo de participaciones no suelen ser una buena idea. El Estado es bueno poniendo normas, haciéndolas cumplir, recaudando dinero y gastándolo, pero no tanto en gestionar negocios. Además esto puede influir en la libre competencia, que en general es bueno para la economía.
Sin embargo la situación es excepcional. Las empresas necesitan ayudas para sobrevivir y un pequeño empujón puede ser suficiente para no perder tejido empresarial y empleo.
Para evitar distorsionar el mercado el Estado (o al menos esa es la intención) no intervendrá en la gestión de las compañías. Y en cuanto sea posible venderá sus participaciones.
Las alternativas
Si el Estado no hace esto, ¿qué puede hacer? Una alternativa es no hacer nada, pero negocios que podrían volver a la rentabilidad desaparecerían, dañando seriamente el empleo y la riqueza del país.
Otra opción sería dar subvenciones, créditos o avales. Pero lo cierto es que lo mejor es siempre entrar en el capital, ya que es la forma más ventajosa para todas las partes: el riesgo asumido sería el mismo para el Estado; la recuperación del capital si las cosas van bien podría ser incluso mayor que en el resto de alternativas. Y la viabilidad de las empresas es mayor que con un crédito.
Es cierto que algunas empresas deben desaparecer, no todos los negocios se van a reponer de esta situación ya que la "nueva normalidad" es muy distinta a lo que estábamos acostumbrados. Pero lo mismo pasa con los ERTE, el Estado está haciendo un esfuerzo financiero para extenderlos e intentar salvar cuanto más empleo mejor.
En ambos casos hay un esfuerzo económico claro, y podría salir mal. Y seguro que hay una parte del dinero que va a ser derrochado, que no va a servir para salvar empresas y empleo. Pero si lo que funciona es suficiente, el Estado se ahorrará gasto en el futuro, ya que tendrá más recaudación y menos gasto social.
Es cierto, es una apuesta frente a no hacer nada. Pero es una apuesta que hay que hacer. Y como digo, la entrada del Estado en el capital de las empresas es la mejor forma de implementar ayudas a las mismas en estos momentos.