La economía española ha estado creciendo a un ritmo superior al 3% desde 2015, no obstante empiezan a aparecer riesgos que podrían truncar la buena marcha de la economía española e iniciar un proceso de desaceleración en los próximos meses.
En las próximas líneas vamos a ver algunos indicadores adelantados al ciclo económico que nos marcan cierto debilitamiento en el crecimiento económico. En este caso, el cambio del Gobierno por la moción de censura no está valorado en el deterioro, es decir, los datos se refieren hasta el mes de mayo, por lo que no se pueden imputar al nuevo Gobierno que inició sus primeros pasos en junio y su acción de gobierno.
El Composite Leading Indicator marca una desaceleración del crecimiento en España
Entre los indicadores adelantados, destaca el Composite Leading Indicator (CLI). El sistema de indicadores principales compuestos fue desarrollado por primera vez en la década de los ochenta por parte de la OCDE, y está diseñado para dar señales tempranas de puntos de inflexión en la actividad económica.
Este indicador integra diferentes indicadores ponderados que son una muestra representativa del economía española. Y en el caso de España, el CLI contempla los siguientes indicadores para formarlo:
- Manufactura: Tasa de utilización de la capacidad.
- Construcción - Empleo: tendencia futura.
- IPC Servicios menos vivienda.
- Precios de las acciones: Índice general IGBM.
- Matriculaciones de turismos.
- Consumidor: Indicador de confianza.
Si se produce un punto de inflexión en el CLI, generalmente indica un punto de inflexión en el ciclo económico en 6-9 meses. Sin embargo, los plazos de entrega a veces se sitúan fuera de este rango y los puntos de giro no siempre se identifican correctamente. El CLI para España ha indicado perfectamente, con sus puntos de inflexión, la aceleración y desaceleración de la actividad económica.
En el siguiente gráfico podemos observar la evolución del CLI de España. Entre los meses de septiembre de 2017 hasta enero de 2018, el CLI se encontraba en el nivel 100 que implica situarse en la media a largo plazo. No obstante, desde entonces, el CLI se ha ido deteriorando en los siguientes meses marcando un punto de inflexión que veremos si tiene impacto futuro sobre la actividad económica.
Si analizamos la evolución del PIB español, El crecimiento respecto al mismo trimestre del año anterior se sitúa en el 3%, siendo una tasa una décima menor frente a la del trimestre precedente que se debe a una aportación menor de la demanda nacional y mayor de la demanda externa.
Los máximos del petróleo no benefician a España
Entre las diferentes debilidades de España podemos encontrar la evolución del precio del petróleo. La cotización ha subido un 70% en los últimos 12 meses, de 45 dólares para el barril de Brent en junio de 2017 a unos 80 dólares en mayo de este año. Así, después de tres años de precios bajos, el crudo ha vuelto a niveles no vistos desde finales de 2014.
A principios de 2018, el mercado del petróleo se encontraba en una situación en la que la oferta superaba persistentemente a la demanda y, de este modo, se había acumulado un importante colchón de reservas de petróleo. Aún así, el precio del Brent se había recuperado de las caídas de 2014 y 2015, y se había estabilizado en alrededor de 55 dólares el barril.
Sin embargo, a partir de junio de 2017, los precios del petróleo iniciaron una fuerte tendencia al alza, impulsados tanto por la oferta como por la demanda. Por el lado de la oferta, el acuerdo para reducir la producción entre los miembros de la OPEP y sus aliados logró contener, e incluso reducir, la oferta mundial de petróleo. Además, los recortes en la producción de crudo superaron lo acordado.
Dada esta moderación en la oferta, se pensó que la producción de Estados Unidos. se reactivaría fuertemente y contendría el precio del Brent entre 50 y 60 dólares. Sin embargo, en los últimos trimestres la infraestructura petrolera estadounidense se ha visto limitada por cuellos de botella y no ha podido compensar los recortes de la OPEP.
La contención de la oferta ha ido acompañada, por el lado de la demanda, de un vigoroso avance de la economía mundial, que ha superado las expectativas y ha forzado un aumento significativo de las previsiones de crecimiento.
España es un país que tiene una gran dependencia energética, por lo que los bajos precios del crudo se traducen en un viento a favor para la economía española, y la subida de los precios de esta materia prima restan competitividad al sector empresarial por el encarecimiento de la energía en su estructura de costes.
EL PMI español refleja su peor dato en los últimos 17 meses
Otro punto a tener en cuenta son los datos indicadores PMI (Purchasing Managers Index), que mide básicamente las expectativas de compras de los gestores de compras a través de una encuesta. Se les pide a los encuestados que indiquen si las condiciones comerciales para una serie de variables han mejorado, empeorado o permanecido igual en comparación con el mes anterior, así como para proporcionar los motivos de cualquier cambio.
Los últimos datos de PMI compuesto no invitan al optimismo. La actividad del sector privado español del mes de junio está creciendo al peor ritmo en los últimos 17 meses, que se situó en 54,8 puntos y es la única de las grandes economías de la Eurozona donde las empresas pusieron freno a su expansión.
La debilidad del PMI español contrasta con las tres economías más importantes de la Eurozona que mejoran frente a sus anteriores lecturas. Los nuevos pedidos se incrementaron en un ritmo más rápido, con aceleraciones en Alemania, Francia, Italia e Irlanda gracias a una leve mejoría en la demanda.
Desde el punto de vista de los sectores, el PMI del sector servicios español ha bajado en junio a 55,4 puntos desde los 56,4 de mayo, lo que implica una extensión hasta 56 meses consecutivos el crecimiento de la actividad. No obstante, el dato del PMI del sector manufacturero registró su peor lectura en los últimos diez meses hasta alcanzar los con 53,4 puntos.