España y el resto de países europeos están sufriendo la segunda ola, con un incremento de los datos de contagios de coronavirus a medida que pasan los días. De nuevo, se están poniendo a prueba los respectivos sistemas de salud y los países han comenzado a imponer nuevas medidas de bloqueo. Una decisión que supone un severo golpe que impacta específicamente a las empresas de servicios, especialmente la hostelería.
Si nos vamos a los datos económicos del segundo trimestre del año, el conjunto de países que forman parte de la Eurozona vieron una contracción de un 11,8% en el segundo trimestre, ya que los cierres para detener la primera ola de la pandemia paralizaron la actividad. Más tarde, con la apertura del tercer trimestre, vimos un crecimiento del PIB trimestral del 12,7%.
España es el país desarrollado que peor lo ha hecho, ya que arrastra la contracción económica más severa. Los datos de la evolución de la actividad económica que tenemos, es que el PIB se expandió un 16,7% en el tercer trimestre desde el segundo. Pero, a pesar de esto, la economía sigue siendo un 8,7% más pequeña que hace un año.
Y debido a que estamos de lleno en la segunda ola, nos movemos al escenario más preocupante que valoraba el Banco de España que pronosticaba una caída del 12,6% en 2020 si se daba el actual escenario.
Los números de esta segunda oleada
Los datos acumulados que tienen en cuenta la primera ola de la pandemia nos muestran la pésima gestión realizada. Atendiendo al número de contagios acumulado por millón la cifra española llega a 26.935, mientras que la UE alcanza una ratio de 15.168. Los peores datos los tenemos en el número de fallecidos por millón de habitantes, España alcanza un récord de 780 fallecidos, mientras que la UE llega a una posición relativa de 400 muertos.
A pesar de lo comentado, si España en la primera ola lideraba los contagios de la UE, en esta ocasión, lo está haciendo mal pero únicamente solo un poco peor que la media de la UE. Si nos vamos a los datos, el promedio móvil de los últimos siete días, muestra que la Unión Europea alcanza los 429 nuevos casos por millón de habitantes. Bajo esta referencia, España estaría algo peor con 436 nuevos casos.
Lo cierto es que España lo está haciendo mal pero, a partir del mes de octubre, Francia lo estaba haciendo peor si cabe. Hoy el país que lidera Macron, se enfrenta a 665 nuevos casos por millón de habitantes, una de las cifras más altas de la UE (Bélgica lidera con 1.200 contagios por millón de habitantes), lo que le llevó a ordenar un nuevo confinamiento a partir del 30 de octubre hasta el 1 de diciembre, caracterizado por el cierre de la actividad no indispensable, incluyendo los bares y restaurantes y elevadas limitaciones a la movilidad.
Italia recientemente ha avanzado a España en el promedio en los últimos siete días de nuevos casos hasta alcanzar los 446 nuevos casos por millón de habitantes. El país transalpino establece un toque de queda como España y está clasificando a sus 20 regiones en tres zonas según la gravedad epidemiológica. Para el próximo viernes el motor industrial (Lombardía, Piamonte, Valle de Aosta y Calabria) serán declaradas zonas rojas que se traduce en cerrar todos los bares, restaurantes y los comercios, salvo los de primera necesidad y solo se podrá salir de casa para ir a trabajar o al colegio.
Alemania presenta unos números relativos mejor que las otras tres economías líderes en Europa. Pero eso no le ha impedido que, desde el 2 de noviembre, se impulsaran nuevas restricciones que incluyen los cierres de cines, teatros, gimnasios, piscinas y saunas, así como restaurantes y bares, excepto para comida para llevar. También se une limitaciones de contacto social como un máximo de dos hogares con un máximo de 10 personas y los grandes eventos han sido cancelados y no se permiten multitudes en los partidos deportivos.
Sánchez no aguanta un nuevo confinamiento total
A partir del 25 de octubre, el Gobierno de Pedro Sánchez declaró un Estado de Alarma a nivel nacional que incluye un toque de queda nocturno obligatorio a nivel nacional (los horarios específicos varían, comenzando entre las 22:00h y la medianoche y durando hasta las 6:00h). Al mismo tiempo, proporciona a los Gobiernos autonómicos poderes legales para imponer más restricciones de movilidad en su región si se considera necesario. Como medidas de distanciamiento social, se ha limitado la permanencia de grupos de personas en espacios públicos y privados a un máximo de seis personas, salvo que se trate de convivientes.
El número de nuevos casos no ha parado de incrementarse desde el mes de julio y, a pesar de las medidas tomadas, no se está poniendo freno al auge de la segunda ola, lo que hace más probable la intensificación de las medidas. Se está tratando de encontrar el equilibrio y llegar a Navidades para tratar de salvar el comercio minorista, aunque el riesgo claro es que si la acción se dilata, en última instancia, vayamos a confinamientos como los de marzo que destrocen económicamente lo que queda del año y parte del primer trimestre del 2021.
La desastrosa gestión realizada durante la primera ola, lleva a que el Gobierno simplemente no puede permitirse otro confinamiento que suspenda toda actividad económica no esencial. Desde el punto de vista del comercio, la única esperanza que tiene para sacar el cuello de este fatídico año es la Navidad que concentra el 23% de las ventas. Según la Confederación Española del Comercio, un total de 67.500 establecimientos, lo que representa el 15% de todos los existentes en España, se han visto ya obligados a cerrar sus puertas.
Si vamos a un confinamiento total, sería asestar un golpe de gracia que llevaría al cierre definitivo de muchos locales en España, lo que llevaría a más desempleo no recuperable para el próximo año.
El Gobierno ya está reconociendo que sus previsiones iniciales estaban erradas y, según los Presupuestos Generales del Estado presentados para 2021, la contracción económica sería del 11,2% para este año. No hay precedente desde que el INE recopila los datos de un destrozo económico similar.
El escenario de actual es el que describió el Banco de España como "Escenario 2". Se describe como un escenario en el que exista una mayor intensidad de los rebrotes y el retorno a la aplicación de medidas de contención más severas, que perjudican especialmente a las ramas de servicios sometidas a mayor interacción social y que afectan también de forma directa a otras ramas productivas.
Y a no ser que en 2021 se finalicen las oleadas de contagios y volvamos a la normalidad, bajo el contexto de "Escenario 2", el crecimiento esperado de la economía española para 2021 sería de un 4,1%. El problema inmediato para el Gobierno es que está presentando unos Presupuestos con unos ingresos estimados bajo el paraguas de un crecimiento excesivamente optimista, apuntando a un avance de la economía del 7,2%. Eso supone más de tres puntos de crecimiento esperado, y repercute en un mayor déficit de lo estimado (previsión del 7,7% sobre PIB) y potenciales situaciones de falta de liquidez que lleven a dilatarse los pagos a los que se ha comprometido.