La búsqueda de una mejor gobernanza para las empresas ha hecho nacer un nuevo término en el vocabulario empresarial: el consejero independiente. En las juntas de accionistas, los grandes accionistas pueden ocupar su puesto directamente en el consejo y los minoritarios agruparse para lograr nombrar sus representantes.
El problema radica en aquellas compañías que tienen miles de accionistas con pequeñas participaciones, estos no tienen incentivos para agruparse y ponerse de acuerdo en nombrar consejeros. De esta manera los consejos de administración acaban copados por directivos y representantes de grandes accionistas. Ante esa situación para evitar una visión de que las grandes empresas no se preocupan de los accionistas minoritarios se crea la figura del “consejero independiente”, quien debería defender los intereses de los minoritarios.
Lo fácil es crear la figura y lo difícil es que funcione. Los “consejeros independientes” no son nombrados por los minoritarios sino por el consejo. ¿Cómo van a ser fieles a aquellos que no les han nombrado y van a incomodar a los que sí les han nombrado? Se trata de un problema complejo, ¿se imagina que se nombraran una parte de diputados en el congreso en representación de los abstencionistas que no han votado en las elecciones? Pero mientras se resuelven los problemas, al menos se debería hacer que los consejeros independientes “parecieran” independientes. Criteria Caixa Corp ha nombrado recientemente cinco consejeros independientes para “representar” a los minoritarios que se van a incorporar en la actual oferta. Pero dos de ellos tienen estrechas relaciones con el accionista mayoritario de la empresa, La Caixa. Juan Rosell es presidente de la patronal catalana, la cual participa en la asamblea general de la entidad crediticia catalana. Otro de los consejeros “independientes” es David K. P. Li, quien preside el banco de Hong Kong participado por la propia Criteria.
Decían que la mujer del César además de honrada, debería parecerlo. Sabemos que los consejeros independientes no los son, pero que al menos lo parezcan.