Tal y como apareció en redes sociales a lo largo de estos días y posteriormente han publicado en El Diario, el nuevo director de El Corte Inglés se presentó en las listas de Falange a tres convocatorias electorales, siendo su última aparición en estas listas en el año 2000. Basta darse una vuelta por los comentarios de la noticia que enlazo o bastantes comentarios en Twitter, para ver cómo se pide la cabeza de este señor, cómo se señala como un error estratégico por parte de ECI darle este cargo a este señor o cómo se pide directamente el boicot a esta empresa.
Desde dentro de El Corte Inglés, tendrán sus razones de peso para colocar a este hombre a la cabeza del grupo, dado que nadie ha dicho ni pío sobre la idoneidad o no como gestor al frente de una empresa de estas dimensiones, que al fin y al cabo, es lo importante, pero claro está, en este país, vende el pasado, la antigüedad o el morbo, sin pensar siquiera, que absolutamente ninguna empresa puede discriminar por motivos políticos a ningún trabajador o que la democracia permite cambiar de ideología de un año para otro (oh sorpresa). Hablamos de derechos protegidos a nivel constitucional, por lo que todo este debate sobra y se hace una noticia, de un hecho de filiación política de un señor, que en principio, no tiene siquiera porqué ser señalado.
La protección de la filiación política y sindical en los trabajadores
Para no buscar casos externos, el propio Corte Inglés ha sido condenado por discriminación sindical a una trabajadora, con lo cual, la propia empresa sabe a qué atenerse. Si nos vamos a la Constitución, el artículo 16 fija la libertad ideológica de cada persona que encadena con el derecho de no discriminación del artículo 14. ¿Qué implica esto exactamente? Que bajo ningún concepto, la presencia de este señor en una lista electoral de Falange (y colóquese aquí el partido que se quiera) hace 13 años, puede representar un punto negativo para optar a un determinado cargo laboral.
Y todo, debe mantenerse así, porque sería inadmisible dentro de las relaciones laborales, que las empresas pudieran filtrar a sus empleados por su filiación política, religiosa o sindical, para las buenas o para las malas, siempre y cuando, dichas filiaciones se encuentren dentro de la ley y el orden público. ¿Imaginamos que una empresa cualquiera filtrara a sus trabajadores por pertenecer todos al partido X? Todos pondríamos el grito en el cielo.
Respecto a la evolución de la empresa, sus ventas o los posibles boicots, cada cual es libre de comprar donde quiera y actuar como mejor le parezca, pero una empresa que tiene miles de trabajadores, tendrá ideologías políticas variadas y extrapolar una parte privada de una persona al total de la empresa, es un grave error que se puede invertir en contra de todos en cualquier momento.
Empresa y política, van de la mano siempre
En contabilidad se aplica el principio de prudencia y dicho criterio, debe tenerse en cuenta en toda la empresa a todos los niveles, extremo que me parece a mí que ECI ha obviado porque a efectos públicos, el cliente tiene la última palabra y es humano decidir bajo estos criterios. El problema de fondo del asunto es que la ideología de Falange española representa todo aquello que es contrario a la libertad de empresa, de capitales, la libertad personal y otra serie de factores. Realmente me cuesta mucho trabajo entender que una persona que profese esta ideología, sea un buen gestor pero el movimiento se demuestra andando.
El debate real es hasta qué punto, partidos políticos que potencian aspectos ilegales en muchos de sus comportamientos, como son la xenofobia, enaltecimiento de dictaduras y sistemas dictatoriales, el uso legítimo de la fuerza, discriminación por motivos sexuales o étnicos.... como es el caso de Falange, pueden ser partidos legales y amparados por las propias leyes que no se respetan.
Esta es la clave del asunto, que lógicamente, trasciende más allá de este post, pero si el partido X es un partido legal, la filiación política no puede ser motivo de discriminación de ningún tipo, nos guste o detestemos la ideología que represente esa persona o que ponga en práctica en su esfera privada.
En El Blog Salmón | Los resultados de El Corte Inglés en 2012: ¿son una buena noticia? Imagen | Zugaldia