La liberalización de la energía en México: buenas perspectivas para las empresas españolas

La liberalización de la energía en México: buenas perspectivas para las empresas españolas
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México lindo. Una frase hecha, manida y tópica que en esta recta final de 2016 se está haciendo realidad para las empresas de energía españolas. ¿Por qué? Pues porque México está inmerso en un cambio sin parangón de su modelo energético, del cual están sacando buena tajada las firmas españolas.

Hace unas semanas se publicaban los resultados de la segunda subasta de energía en el país azteca, los cuales revelaban que las firmas nacionales -o de origen nacional- se llevaban nada menos que el 40% del pastel a repartir en licitaciones públicas. Nombres como Acciona, Alten, Gestamp o Grenergy se hacían con contratos para suministrar energía en México en proyectos que tienen un horizonte de construcción de aquí a 2019.

No obstante, algunas se quedaron fuera, como Iberdrola, Gas Natural o Elecnor, las cuales no han sido finalmente elegidas, quizá porque sus propuestas no fueron lo suficientemente atractivas en una subasta que ha batido récords de precios en renovables, pues se llegó a bajar de los 30 dólares, aunque el precio medio de la subasta quedó en 33,47 dólares.

Estos datos muestran cómo las energías limpias están viviendo una auténtica revolución impulsada por la imparable caída de precios, que las convierte en tan competitivas como las convencionales y que comienza a tirar al traste esa teoría de que las renovables son muy buenas, “pero muy caras”. Y en este contexto, las compañías españolas tienen mucho que decir... y mucho que ganar.

Una reforma que abrió una nueva era

Cuando hace dos años se aprobó la reforma del sector de la energía en México, el panorama dio un vuelco respecto al sistema anterior. Esta nueva legislación abrió la puerta a las empresas privadas al universo energético de México, el cual llevaba décadas controlado estrictamente por el Estado.

Y beneficiando a la principal empresa petrolera estatal, Pemex, que era la dueña y señora del sector y a la que la reforma le cayó como un jarro de agua fría. Con estos cambios, la competitividad se empezó a abrir paso en el país y también la eficiencia, pues ya se sabe que a más actores en el mercado, mayores beneficios para el sistema.

Aunque se cocinó a fuego lento, la reforma ya se empieza a notar en el mercado energético mexicano, y las subastas de electricidad van cogiendo ritmo. En lo que va de año llevamos dos, una en marzo, en la que se subastaron 5,382 gigavatios-hora de energía y en la que solo Gestamp y Alten fueron las que se llevaron licitaciones dentro del grupo de firmas españolas, y la del mes pasado, en la que las empresas españolas arrasaron.

En concreto, de nuevo Alten y Gestamp, junto con Acciona, Fotowatio, Grenergy y el fondo Cubico, del Santander, se adjudicaron 3,727 millones de megavatios/hora, es decir, más del 40% de la subasta. Lo más significativo fueron los precios, que llegaron incluso a 29 dólares por megavatio, lo que supone un ahorro para México que puede llegar al 64%.

México, un destino por explotar para las empresas españolas

Desde hace varios años, México es uno de los destinos preferidos de las empresas españolas para expandir sus negocios. La apertura económica que significó la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia de la nación supuso un revulsivo para toda la actividad. Prueba de ello son los cambios en el sector energético, que suponen, además, un ejemplo a seguir por los países europeos, donde el modelo sigue pegado a subvenciones y es efectivamente más caro para todos los actores de la cadena.

Peña Nieto

El ‘boom’ de las energías renovables, además, está explotando en Latinoamérica, donde hay ricos recursos naturales y los gobiernos de la región apuestan decididamente por un cambio del sistema para hacerlo más sostenible y más barato. En este contexto, las firmas españolas parten con ventaja, pues como se ha visto en la subasta, actualmente son las que pueden ofrecer más competitividad, tanto en precio como en calidad por su demostrada experiencia.

Y es que en la anterior subasta el 51% de las licitaciones correspondieron a energía fotovoltaica, mientras que el 43% fueron de eólica y la hidroeléctrica y geotérmica se llevaron el 3% y 2%. El objetivo del gobierno de México es que en 2024 el 35% de la energía eléctrica se genere a partir de renovables, lo que supone una buena perspectiva para las empresas españolas.

A pesar de que América Latina ya no es la región tan boyante de hace unos años y está sumida en una profunda crisis, México se ha revelado como una economía potente que ofrece muchas oportunidades de crecimiento a las inversiones extranjeras. En este punto, las firmas españolas están decididas a seguir apostando por el país. De hecho, según un estudio del IE Business School, el 77% de las compañías nacionales tenían previsto aumentar su inversión en México durante este año.

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