Fue la primera de las grandes de los juegos sociales que dio el salto al parqué bursátil. Hoy, cuatro años después, sobre la salida a bolsa de Zynga sigue cerniéndose la sombra de la duda. La última razón: un juez de San Francisco ha admitido una demanda de accionistas ante posibles irregularidades.
Su historia está marcado por una caída sin frenos. Las pérdidas han lastrado año tras año sus resultados. En el último trimestre del año pasado cerró con 192 millones de dólares de ingresos, con un balance en negativo de algo más de 45 millones de dólares.
Lo llamativo de esta historia tiene que ver con su estrategia de salida a bolsa. Fue la tercera entre las grandes compañías 'sociales' que aterrizaban en bolsa (LinkedIn y Groupon le precedieron). Su valoración: 10 dólares por acción. El arranque fue en rojo y los siguientes meses se mantuvo en niveles similares.
Pero a partir del segundo trimestre, con la presentación de unos resultados más que decepcionantes, comenzó la caída. Ahora, un juzgado, tras varios intentos de los demandantes, ha aceptado a trámite una demanda por posible fraude en esa salida a bolsa.
Según esta demanda, se ocultó la caída de actividad de los usuarios o la afección de los cambios en la plataforma de Facebook (donde se daban sus principales juegos) y se inflaron los pronósticos de ingresos para el año 2012. Los demandantes aseguran que la compañía escondió sus debilidades para permitir a inversores vender 593 millones de dólares en acciones antes de que expirara el bloqueo para trabajadores y otros.
Llegaron en mitad de la euforia por un sector, el de los juegos en las plataformas sociales, marcado por una enorme volatilidad. Y lo hicieron con unas expectativas demasiado altas. Ahora, cuando la sostenibilidad de su negocio sigue en debate, han de demostrar que detrás de este proceso no hubo algo más. A perro flaco, todo son pulgas.
En El Blog Salmón | La compañía de juegos Zynga o la historia de una caída sin frenos